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Siete de cada diez jóvenes no ven explotación sexual en OnlyFans

Un informe de Save the Children recoge que un 70% de los jóvenes no identifica la venta de contenido sexual en internet como una forma de explotación sexual. Entre los chicos, la cifra supera el 75%. Preocupa que se publiciten para menores plataformas como OnlyFans.

OnlyFans es la red más popular de «sugar dating». (AFP)

El 70% de los jóvenes no identifica la venta de contenido sexual en redes como OnlyFans o análogas de sugar dating (pago de dinero o favores por contenido de sexo explícito o erótico) como una forma de explotación sexual. Entre los varones, la cifra supera el 75%.

Estos son datos del informe “La trampa de la autoexposición” que la organización Save the Children difundió ayer. Analiza, a través de una encuesta realizada a más de 1.000 jóvenes, las dinámicas de explotación sexual en el entorno digital y las plataformas que las facilitan.

Cuatro de cada diez jóvenes reconoce que antes de los 18 años ha visto vídeos sobre cómo ganar dinero en plataformas vendiendo contenido sexual y un 2,5% afirma haberlo hecho a cambio de algún tipo de compensación económica o regalo, siendo menor.

Esto significa que uno de cada 40 jóvenes ha vivido una experiencia directa de explotación sexual digital antes de cumplir los 18 años.

Además, el 14,4% respondió haber conocido a alguien que lo había hecho y más del 45% de los chicos y del 49% de las chicas encuestadas se encontraron, siendo menores de edad, publicidad en redes sociales que hablaba del sugar dating como algo positivo.

Las plataformas de este fenómeno se presentan como una relación contractual entre un hombre adulto, con recursos y generalmente mayor de 50 años -al que se denomina sugar daddy (papá dulce)- y una chica joven (sugar baby), basada en el intercambio de compañía o de relaciones a cambio de dinero, regalos u otros beneficios materiales.

Según explicó en Radio Euskadi Charo Arranz, directora de Save the Children Euskadi, son «preocupantes» los mecanismos de marketing que hacen llegar estas plataformas a niños y adolescentes. De esta manera, «están normalizando a los niños que si ofreces o vendes tu cuerpo, eso genera empoderamiento y muchos ingresos».

Arranz alerta de que esta práctica «se disfraza» en la idea de que son las mujeres las que tienen el control de la situación, pero «realmente es una forma de explotación sexual con todas las letras».

Además, hay una diferencia clara en la forma en la que se les publicita a las chicas o a los chicos. A ellas se les presenta como una forma de ganar dinero y tener éxito y a ellos se les sugiere ser mentores y captadores de perfiles. «Proxenetas», resume esta responsable.

Según la directora de Save the Children Euskadi, «si no conoces los riesgos que entraña exponer tu cuerpo es muy difícil que no caigas en esto». Por ello, considera necesario que madres, padres y cuidadores conozcan los riesgos y se sienten a hablar con sus hijos e hijas. Pero considera que también la comunidad educativa debe estar preparada para detectar estas conductas y para ello, es necesario que reciban una formación específica, explica Arranz.