Tres puntos de calma para aplacar el runrún sobre el futuro de Lisci

Duelo de necesitados en El Sadar y bocanada de oxígeno para Osasuna. Lisci aplaca por ahora el runrún sobre su futuro, que se estaba tornando oscuro después de sumar dos puntos de dieciocho.

Después de seis jornadas de Liga sin conocer la victoria, el entrenador transalpino apostó por el joven canterano Iñigo Arguibide en el lateral derecho. Con ello liberó a Moncayola para ubicarlo en el doble pivote junto a Torró. Además volvió Catena, cumplida su sanción, en el centro de una zaga de cuatro.

En la misma tesitura llegaba a El Sadar el Levante, con media docena de partidos sin sumar tres puntos de una tacada. Su gran novedad estaba en el banquillo, con el estreno de Álvaro del Moral como técnico y Vicente Iborra como lugarteniente, tras el cese de Julián Calero.

Los rojillos salieron con las pilas cargadas, con un fútbol rápido y vertical, poniendo cerco al área de Ryan. Y el premio tardó 13 minutos en llegar. Uno de los más bajitos, Víctor Muñoz, le comió la tostada a Toljan para cabecear a la red un centro de Rubén García (1-0). El sindicato de extremos haciendo de las suyas.

El gol activó al Levante, que dió su primer aviso a los 19 minutos, con un disparo seco de Arriaga que despejó Herrera. Con el marcador de su lado, daba la impresión de que Osasuna ya sentía los deberes hechos. El Sadar le veía las orejas al lobo y Herrera tuvo que lucirse ante un disparo raso de Romero desde la frontal.

SONRÍE LA FORTUNA

Pero la diosa Fortuna se alió con los navarros. Cuando más sufrían los de Lisci, y en una de sus escasas visitas a terreno rival, un disparo de Rubén García desde 25 metros golpeó en la espalda de Brugué y se coló en la portería contraria (2-0, m.36). Incluso pudo caer el tercero en un disparo de Oroz que bloqueó un defensa.

La segunda mitad arrancó con el susto de Torró, que teniendo amarilla se jugó la expulsión al medir mal en una disputa. El madrileño además se hizo daño, así que Lisci cortó por lo sano dando entrada a Iker Muñoz. Mientras, el muy activo Víctor Muñoz volvía poner a prueba a Ryan en dos ocasiones.

El que fuera meta de la Real estuvo soberbio en un remate de Budimir tras gran jugada de Aimar. El Levante jugaba contra el reloj y Osasuna, que presionaba arriba en vez de atrincherarse en su campo, aprovechaba sus prisas.

Pasada la hora, el técnico italiano metía piernas frescas con Juan Cruz y Moi Gómez, por Arguibide y Rubén García. El partido parecía bajo control, pero una buena combinación granota culminó en un disparo de Losada que sacó Boyomo bajo palos. Ojo con los 2-0, que los carga el diablo.

Tras el susto, Alessio Lisci metió a Herrando y Becker, volviendo a su esquema más habitual de tres centrales. Su colega Del Moral lo intentó todo, pero sus opciones se habían evaporado en los minutos anteriores al 2-0.