Hamas reclama que Israel cumpla el acuerdo de tregua antes de hablar de la segunda fase

Después de los incumplimientos diarios por parte de Israel del alto el fuego en Gaza durante 60 días, con más de 378 violaciones del acuerdo y al menos 377 palestinos muertos, Hamas advirtió ayer de que no puede abrirse la negociación sobre la segunda fase de la tregua mientras persistan dichas violaciones.

«Cualquier discusión sobre la segunda fase debe ir precedida de una clara presión sobre la ocupación por parte de los mediadores, EEUU y todas las partes pertinentes, para garantizar la plena implementación de todas las disposiciones de la primera fase», afirmó Husam Badran, miembro de la oficina política de Hamas, que recordó que Israel no está aplicando los compromisos de la primera fase.

Además, rechazó las declaraciones del jefe del Estado Mayor israelí, teniente general Eyal Zamir, quien el domingo aseguró que «la línea amarilla es una nueva línea fronteriza» en Gaza, estableciendo de facto su intención de no cumplir su retirada y hacer permanente la ocupación de más de la mitad del territorio.

«No permitiremos que Hamas se restablezca. Tenemos control operativo sobre extensas zonas de la Franja de Gaza y permaneceremos en esas líneas de defensa. La Línea Amarilla es una nueva línea fronteriza que sirve como línea defensiva avanzada para nuestras comunidades y como línea de actividad operativa», afirmó Zamir

CRUCE DE RAFAH, AYUDA Y DEMOLICIÓN DE VIVIENDAS

Entre los incumplimientos, Badran mencionó el cierre del cruce de Rafah, las trabas a la entrada de tiendas de campaña y caravanas para desplazados, y la reducción de la ayuda humanitaria que llega a la Franja, además de la continuidad de las operaciones del Ejército israelí sobre el terreno.

Agregó que la demolición de viviendas palestinas dentro de la zona ocupada por las tropas, al otro lado de la línea amarilla, constituye la prolongación de acciones militares que debían haber cesado desde el primer día de la entrada en vigor del acuerdo, el 10 de octubre. En la segunda fase, las tropas debían retirarse a una segunda demarcación (marcada en el plan de Donald Trump como una «línea roja», y aún más allá al avanzar los puntos del acuerdo, pero la retirada total quedaba en el aire, pendiente de negociar a través de los mediadores. Israel no ha mostrado ninguna intención de cumplir esta retirada total. Más bien al contrario, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sus ministros y los líderes militares siempre se han opuesto a ello argumentando que es la única manera que tiene de garantizar la «seguridad» de Israel.

En cuanto a la reapertura del cruce de Rafah, tras incumplirla, Israel ha anunciado que durante los próximos días abrirá el paso, pero no para la entrada de ayuda sino para permitir la salida de gazatíes a Egipto. El Cairo ha rechazado esta medida que busca acelerar la limpieza étnica expulsando a la población palestina.

Mientras tanto, el Gobierno israelí espera la entrega por parte de la resistencia palestina de los restos del último prisionero retenido en Gaza, un policía israelí, con lo que se completaría la devolución de prisioneros por parte palestina. Israel sigue reteniendo cientos de presos y cuerpos de palestinos.

Con ello debería comenzar a la segunda fase del acuerdo, que ni siquiera se ha empezado a negociar. Netanyahu, anunció su inicio próximo, pero solo habla de desarme y «desradicalización». El primer ministro israelí tiene previsto reunirse con Trump en Washington el 29 de diciembre.

Madres con desnutrición y el doble de bebés nacidos con bajo peso

Entre julio y septiembre de este año, 460 bebés nacieron cada mes con bajo peso en Gaza, casi el doble que antes del comienzo de la agresión genocida, debido a la desnutrición de las madres, agravada por la restricción israelí a la entrada da ayuda. Los bebes que nacen con bajo peso, por debajo de los 2,5 kilogramos, tienen 20 veces más posibilidades de morir y necesitan un cuidado que los devastados hospitales de Gaza no pueden ofrecer. El número de bebés que murieron el primer día de vida se ha incrementado un 75%, de los 27 al mes en 2022 a los 47 al mes entre julio y septiembre de 2025. La portavoz de Unicef, Tess Ingram, explicó que entre julio y septiembre de 2025 el 38% de las embarazadas tenía desnutrición y que solo en octubre Unicef atendió a 8.300 embarazadas y mujeres lactantes con desnutrición aguda. Antes de octubre de 2023, no se observaba desnutrición en este sector de la población. «La tasa de desnutrición entre embarazadas y mujeres lactantes está tardando más en bajar que en los niños porque las madres se están sacrificando para alimentar a sus hijos», lamentó.GARA