Tiempos salvajes

Colapso absoluto. Enmarañados por las diez mil opiniones en todas las tertulias del sistema de entretenimiento audiovisual sobre la sentencia condenatoria al FGE; no sabiendo discernir con suficiente claridad dónde esta la linde entre pintura, enfermedad o maquillaje para lograr ese color nauseabundo en la cara de Trump; prestando una atención casi obscena a todos los audios que van apareciendo, tanto de los sicarios de la estafa privada en la salud, o del adorable comisario Villarejo, pues en medio de este berenjenal nos enteramos de manera sorpresiva de algo que nos afecta de verdad en nuestra memoria, en nuestra manera de estar en este mundo: ha muerto Jorge Martínez, para la historia, Jorge Ilegal.Una de sus canciones más coreadas fue, y es, “Tiempos nuevos, tiempos salvajes”, que de alguna manera funda una resistencia sónica ante la estulticia, el negocio, la estética musical cercana a la nada a base tibieza. Ilegales fueron, en forma y fondo, esa voz diferente que cargada de violencia enderezaba aquellos productos edulcorados del pop rock. Rock radical asturiano, en tiempos salvajes, en donde también existía el rock radical vasco, es decir cuando parecía que existía alguna posibilidad de cambiar el rumbo.Un cáncer, un maldito y fulminante cáncer de páncreas ha acabado en pocos meses con Jorge Ilegal. Setenta años, con su alopecia como estandarte estético y su capacidad de provocación intacta. Decía con su sorna: «Antes morir que perder la vida». La vida es esto que nos ha llevado a base de muchos esfuerzos y renuncias a estos tiempos salvajes de la extrema derecha global.