Derrumbes e inundaciones alargan la pesadilla de los desplazados en Gaza

La sistemática destrucción de los medios de vida de la población palestina por parte de Israel ha provocado que al menos 14 personas hayan muerto en dos días a consecuencia del frío y las lluvias derivadas de una tormenta polar que afecta a la Franja de Gaza.

El temporal ha causado el derrumbe de viviendas ya muy deterioradas por los bombardeos y daños a las tiendas de campaña utilizadas por cientos de miles de desplazados por los ataques israelíes.

Seis de las víctimas mortales vivían en el barrio de Bir al Naja, en Beit Lahia, donde se derrumbó una casa, mientras que otras dos perecieron por la caída de un muro en el barrio de Al Rimal, en la ciudad de Gaza. En el campo de Al Shati también se han producido derrumbes y murieron dos personas. Los servicios de rescate buscaban ayer cuerpos entre los escombros.

Además, dos niños han muerto por hipotermia, entre ellos, una bebé de ocho meses que vivía en una de las tiendas levantadas en Jan Yunis, donde también se han venido abajo varios edificios. Hasta ayer, al menos 13 viviendas y unas 27.000 tiendas de campaña han sido destruidas.

Palestinos con sandalias de plástico y suéteres finos, palas en mano, cavaban trincheras alrededor de sus tiendas de campaña en el barrio de Zeitun, en la ciudad de Gaza, una frágil defensa contra las lluvias torrenciales que caen durante horas. Bajo el aguacero, el mar de lonas se ha convertido en un pantano o en un lodazal. «Nosotros y nuestros hijos estábamos empapados, al igual que las mantas y los colchones. No sabíamos a dónde ir», lamentaba Souad Mouslim En Al Zawaida. «¿Cuánto tiempo vamos a quedarnos así? Es injusto», clama entre el sonido del aguacero sobre la lona.

«Hemos dormido con sábanas mojadas (...). No tenemos ropa seca para cambiarnos», señalaba Umm Muhammad Jouda. «Somos seis durmiendo en un solo colchón y nos tapamos con la ropa porque no tenemos mantas», añadía Saif Ayman, de 17 años, cuya tienda de campaña se inundó por las incensantes lluvias.

Bajo las tiendas, los más afortunados cubren el suelo con lonas o ladrillos para evitar que la arena mojada empape sus pertenencias. Otros permanecen de pie en las entradas de los refugios, para no sentarse sobre una superficie mojada.

1,5 MILLONES DE PERSONAS EN PELIGRO

Las lluvias torrenciales, las inundaciones, los fuertes vientos y las tormentas eléctricas han puesto a 1,5 millones de personas en peligro de ahogarse o sufrir corrimientos de tierra, según las autoridades, que denunciaron el silencio internacional que de nuevo ignora un escenario trágico sobre el que ya habían advertido.

Asimismo, alertaron de que esta catástrofe climática se enmarca en un desastre humanitario mayor, «resultante de la guerra genocida y el injusto asedio impuesto por la ocupación israelí». «La ocupación continúa cerrando los cruces fronterizos, impidiendo la entrada de ayuda humanitaria y materiales para la construcción de refugios, bloqueando la entrega de 300.000 tiendas de campaña, casas móviles y caravanas, e impidiendo el establecimiento o el equipamiento de refugios alternativos para los desplazados», denunciaron, por lo que reclamaron medidas inmediatas a la ONU, organizaciones internacionales y a los mediadores y garantes del alto el fuego.

Según la ONU, 761 asentamientos, que albergan a aproximadamente 850.000 personas, están bajo la amenza de las inundaciones.