Mientras el cuerpo aguante

Nada reemplaza a la dopamina cuando el gris atraviesa las ventanas de tu cabeza, esa parte del cuerpo donde colocamos nuestros sentimientos y nuestra memoria. ¿Es la mente una parte del cuerpo o se trata de una inteligencia externalizada que llamamos de muchas maneras, incluso le decimos alma cuando nos sentimos atacados por un impulso poético? Por eso hay que remarcar que seguiremos atacando a la estulticia sin piedad mientras el cuerpo aguante.

Pesan casi lo mismo, sí y no, son una opción que diariamente se nos presenta ante multitud de situaciones, pedidos, ocurrencias o propuestas. Hay un sentido social del deber, de la responsabilidad, incluso del progresismo más capitalista que lleva a magnificar el hacer muchas cosas, muchas, como si el tiempo no forma parte de la alimentación de nuestro cuerpo, especialmente en eso que acaba deteriorándose, lo que lleva a un diagnóstico difuso: problemas agudos de salud mental.

Andreu Buenafuente ha sido atacado por ese virus invisible, el estrés, la ansiedad, el cansancio vital, quizás la depresión en una de sus múltiples disfraces y lo ha dejado fuera de juego. Con un programa semanal en TVE con unos resultados magníficos de audiencia y un contenido cada día más afinado, con su programa de radio con Berto Romero y su productora a tope con proyectos diversos, su cuerpo le ha dicho de manera rotunda: hasta aquí hemos llegado. Y está en el dique seco. Reparando su maltrecha fuente de energía creadora, allá donde están las minas de la imaginación y el humor. La vida a un ritmo más lento sabe mejor.