Paso a paso

Si miramos el mapa geopolítico de América del Sur, podemos entrar en pánico, porque parece que los planes del trumpismo se van cumpliendo con una precisión asombrosa y a un ritmo que nos coloca ante un inminente colapso. Paso a paso, elección tras elección, van ganado las opciones más de extrema derecha, llegando al caso de Chile, donde ha ganado un ultracatólico con nueve hijos, hijo de un oficial nazi alemán que reivindica a Augusto Pinochet. Y ha ganado en las urnas. Las profecías orwellianas se van cumpliendo de manera inquietante. No necesitan los ejércitos, con una buen propaganda, medios de comunicación comprados y una población agitada por la inseguridad informativa les sobra.

Hablamos de Chile que parece, en términos retóricos, lo más rotundo, pero es que en Argentina tenemos a Milei y en Ecuador, Bolivia, Perú o Paraguay gobiernan las derechas extremas; se nos aclara de momento la situación en Uruguay y Brasil con Lula, Colombia con Petro y Venezuela con Maduro, pero Centroamérica vuelve a estar gobernada por gobiernos autoritarios con gomina. Aprietan de tal manera los yankis que en Honduras han tenido que ponerse serios ante la injerencia en las urnas de Trump y sus bravatas.

De seguir por este camino, nos despertaremos un día en una situación insostenible. Ya está advirtiendo Trump que va a trabajar en todas las campañas electorales europeas para que ganen las opciones de extrema derecha. Pintan bastos, esta injerencia expresa va a destinar cantidades ingentes de dinero y medios para lograr esta deriva hacia al autoritarismo más ramplón.