China recupera la exploración de la Luna 37 años después

La sonda espacial Chan E3 se posó ayer sobre la luna después de desacelerar en la órbita que mantenía a unos 15 kilómetros y descender describiendo una parábola hasta situarse a unos 100 metros de la superficie. En ese momento, planeó suavemente hasta posarse sin apenas levantar polvo. La maniobra, que duró doce minutos, fue retransmitida en directo por varios canales de la televisión estatal china CCTV. Supone el regreso de la exploración de la Luna, que había sido casi abandonada hace 37 años por otros objetivos como la estación espacial internacional. La última misión que llegó a la superficie lunar fue la sonda soviética Luna 24, el 18 de agosto de 1976.

Para China supone el primer aterrizaje extraterrestre de su historia. Pekín había dado los pasos previos lanzando su primera sonda lunar, el Chang E1, en 2007, y la segunda, el Chang E2, en 2010. Durante su acercamiento a la Luna, la Chang E3 (bautizada en honor a una diosa que según leyendas chinas vive en la Luna) ofreció imágenes muy nítidas de la superficie.

Unas horas después la sonda desplegó una rampa y descargó el vehículo de exploración bautizado como Yutu, (Conejo de jade), también en referencia a la mitología china, que empezó a recorrer Sinus Iridum (Bahía de los Arco Iris), un territorio llano, aún inexplorado y que ofrece buenas condiciones para la comunicación con la Tierra. Es un vehículo de seis ruedas de 120 kilos, que puede desplazarse a 200 metros por hora y llevará a cabo análisis científicos, sobre todo geológicos. Dotado de paneles solares para cargar energía, enviará a la Tierra imágenes del satélite en tres dimensiones. Se espera que esté operativo durante tres meses.

El único país que hasta ahora ha desplegado robots móviles en la Luna ha sido también la URSS, y la última vez que lo consiguió fue hace 40 años.

China planea el envío de una cuarta sonda lunar en 2015 y otra en 2017, ésta con la misión de ser la primera capaz de regresar a la Tierra.

Este avance en su carrera espacial ha despertado la preocupación en EEUU, que se plantea un proyecto de ley para calificar los sitios de alunizaje de las misiones Apolo como parque nacional, una idea que violaría el Tratado del Espacio Exterior de la ONU, que prohíbe a los países tener posesión de territorio en la Luna y otros cuerpos celestes.