Se reedita «Tommy», la popular obra conceptual de los Who

Han vendido más de cien millones de discos y forman parte de la élite de la historia de la escena musical; sin embargo, The Who no fue nunca una banda tan popular como otras formaciones contemporáneas, aunque sí presenta aspectos relevantes que les colocan entre los grupos más importantes y peculiares de la historia moderna.

Activos desde 1964, conocieron el éxito con singles como «I can't explain», «My generation», su canción más emblemática, «Substitute», «I'm a boy», «Happy Jack», «Picture son lily», «I can see for miles»... y dos singles, en especial, extraídos de «Tommy»: «I'm free» y «Pinbal wizard».

La actual reedición incluye varias opciones, la más sugerente en términos de precio/calidad es la llamada Deluxe, que incluye el álbum original remasterizado y un segundo cedé con «Tommy» grabado en directo a lo largo de 1969.

The Who destaca en sus primeros años por sus violentos directos. Una mezcla de sonido mod y rock de volumen basado en una enorme fila de amplificadores a máxima potencia. En cierta época se convierte en necesario que Townshend destroce su guitarra a golpes o que la batería quede aniquilada tanto por su impredecible Keith Moon como por el propio Townshend. Su excesivo volumen interno lleva a su guitarrista al otorrino, que no puede diagnosticarle otra cosa que una aguda sordera irreversible.

En más de una ocasión, Pete Townshend argumenta que sus saltos en escena, espectaculares, su molino con la mano derecha o sus excesos destruyendo el material del grupo, se debe a su deseo de que la gente se fije más en su cuerpo, en sus actos, que en su considerable nariz.

«Tommy» es el cuarto disco del grupo. Townshend lo concibe en el 68, en un momento en el que se encuentran prácticamente en bancarrota por diferentes motivos. La idea desorienta en un principio al resto de componentes, pero finalmente todos aceptan la propuesta y la ven como una gran posibilidad de remontar el tibio pasado. Incluso Townshend y Roger Daltrey firman una simbólica paz ante desacuerdos personales relacionados con el papel de cada uno en el grupo.

El doble elepé se publica en marzo del 69. Muchas cadenas de radio y televisión lo censuran por su temática, pero la aventura posee la suficiente fuerza como para esquivar contratiempos. No es un disco fácil, pero su poderosa «Overture» y los tres o cuatro singles claros tiran de «Tommy» por todo el mundo. Su evolución es, además, a medio y largo plazo, ya que terminará siendo película, disco con sinfónica, musical... y álbum de referencia en términos de ópera rock o álbum conceptual.

Temática/guion

En la Primera Guerra Mundial, el capitán Walker es dado por desaparecido tras ser abatido su avión de caza. Pocos meses después, su esposa da a luz al pequeño Tommy. Pasan unos años y en 1921 la mujer del capitán Walker ya se halla dispuesta a readecuarse en la sociedad.

Una noche aparece el capitán Walker, que no muere como se dijo, sino que es hecho prisionero. Por fin ha podido regresar a casa, pero lo que encuentra es a su mujer conviviendo con otro hombre. En un arrebato de ira el capitán mata al compañero de esta, sin darse cuenta de que el niño, Tommy, ha sido testigo de los hechos. El capitán Walker y su mujer, horrorizados por el crimen cometido, acosan al niño y le piden que lo olvide. En un momento de enajenación llegan a golpearle para que jamás revele lo ocurrido.

Bajo esta situación, Tommy queda sumergido en un mundo de prohibiciones que le anulan la voluntad y el sistema sensorial. Al paralizarse sus sentidos se convierte poco menos que en un autómata sin reacciones: «sordo, mudo y ciego», que es como se iba a titular la obra en un principio.

Desde ese instante, Tommy vive solo en su interior, pero sin experimentar ninguna necesidad o deseo de manifestarse cara al exterior. Se olvida de lo bueno y lo malo y se sumerge más y más en sí mismo, ausente y lejano.

Crece de esta forma, y sus padres, con el remordimiento de que todo ha sido por su culpa, intentan por todos los medios curarle, pero siempre sin resultados positivos o prácticos. Le llevan a un curandero, pero fracasa; posteriormente le dejan en manos de una reina gitana, una bruja, que le inyecta ácidos y drogas pensando que ante estos estímulos reaccionará. Pero nada funciona. Mientras tanto, Tommy pasa el tiempo ante un espejo, mirándose sin verse, pero sintiéndose. También juega intuitivamente con las máquinas de bolas, las petaco. Nadie se explica cómo puede convertirse en el rey del pinball si no ve ni puede oír.

Townshend fuerza aún más el complejo perfil sicológico del niño al introducir el aspecto más controvertido de «Tommy» y motivo de algunas censuras: su primo Kevin le tortura sádicamente cada vez que está con él, y así Tommy conoce lo que es el dolor, aunque no sabe de dónde viene ni cómo se produce. Además, su tío Ernie le somete a diferentes abusos sexuales. Este segundo estímulo exterior acaba de desconcertar a Tommy y sumirle en un estado de excitación interior. Sus reacciones continúan anuladas, salvo cuando está ante el juego del millón, donde es excepcionalmente bueno.

La madre, que no cede, le lleva ante un famoso médico, pero este se da por vencido y confiesa que Tommy no tiene curación y que clínicamente está perdido. Al regresar a casa, en un momento de desesperación y al ver a su hijo nuevamente ante el espejo, lo rompe rabiosa y Tommy se cura.

Tommy comienza a creer que es un nuevo mesías, ya que sabe cómo alcanzar la liberación, y seguido por cientos de fieles adictos inicia una serie de viajes por la región y más tarde por el país, difundiendo su mensaje y hablando a las gentes. Pronuncia discursos, bendice a todos, realiza peculiares misas y promete un mundo de felicidad y superación a todos los que le sigan. Por último, crea una comunidad con el pinball como camino para conseguir la liberación.

Pasan los años y la colonia acaba rebelándose contra Tommy, que ha terminado siendo un dictador, un líder totalitario. El pueblo de Tommy se vuelve contra él y destruyen la comunidad. Se termina todo huye. Nuevamente queda aislado del mundo, solo que ahora ya forma parte de él, puesto que no tiene ningún impedimento.

Así termina la opera rock, pero su historia se prolonga con representaciones sinfónicas, musicales... y película.