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La ultraderecha avanza en Gran Bretaña en un año electoral crucial

El Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP por sus siglas en inglés) está avanzando a pasos agigantados. De tal forma que podría ser la primera fuerza en las próximas elecciones europeas de mayo.


El partido de ultraderecha, liderado por Nigel Farange con un claro discurso antieuropeo se presenta favorito en las encuestas de cara a los comicios europeas. La última campaña ha tenido como objetivo a los migrantes búlgaros y rumanos, que desde el pasado 1 de enero pueden trabajar oficialmente sin restricciones en toda la Unión Europea.

La extrema derecha ha fomentado una campaña de histeria colectiva, asegurando que cientos de miles de migrantes llegarán a su país. Paul Skypes, un multimillonario ex conservador y euroescéptico que financiará la campaña de UKIP para los comicios europeos, azuzó las reivindicaciones contra la eliminación de fronteras: «Nuestra incapacidad para ejercer ningún control sobre la frontera con los otros 27 miembros de la UE significa que estamos en el borde de nuestra propia abolición». «1.000 años de historia, de nacionalidad, de país independiente y consagrado tirados al basurero», añadió. Un parlamentario conservador no dudó en afirmar que están importando «una marea delincuencial», en alusión a los posibles migrantes del este de Europa.

Por el contrario, Farange ha asegurado que Gran Bretaña debería aceptar la entrada de refugiados sirios, ya que «son muy distintos» a los inmigrantes que quieren asentarse en las islas por motivos económicos. Eso sí, se trataría de una cantidad determinada y fija.

La prensa también ha participado en este impulso al sentimiento antimigrante con noticias que alarmaban de una oleada de delincuencia que llegaría a Gran Bretaña a partir del 1 de enero desde el este de Europa. El diario «Daily Mail» llegó a titular que «en enero lo único que quedarán serán las cabras», en referencia a una aldea de Rumanía. Según el diario, todos los habitantes ya hicieron sus maletas para irse a las islas en busca de sueldos más altos y de las «generosas prestaciones sociales».

Todo ello está provocando un rechazo generalizado en la sociedad, que se traduce en el crecimiento político de UKIP. A ello contribuyen las políticas antisociales que se llevan aplicando desde hace años en Londres. La economía de las islas no se ha salvado de la crisis y el gobierno conservador de Westminster no ha dudado en recortar en derechos sociales. La sociedad ha visto cómo las condiciones de vida sufrían un deterioro en los últimos años y ha encontrado un culpable en el discurso de la ultraderecha británica. Esto ha provocado un aumento en el apoyo a las políticas antimigratorias de UKIP. Por ello, y tratando de evitar ser adelantado por la derecha, el primer ministro, David Cameron, ha hecho suyas muchas de estas medidas contra la población migrante.

Referéndum sobre la UE

Sin embargo, el discurso xenófobo y racista ha seguido calando y cada vez son más sus apoyos. La primera meta está situada en las elecciones europeas de mayo, donde todo indica que la ultraderecha británica obtendrá grandes resultados. Ya en las elecciones de 2009 fueron la segunda fuerza más votada. Al respecto, su acaudalado mecenas, Paul Skypes, asegura que ello debería marcar el camino al resto de fuerzas políticas: «Si, como espero y creo, UKIP se anota una victoria nacional impresionante, los líderes de los otros partidos principales no tendrán más remedio que abandonar su apoyo servil a la UE», auguró.

Este camino supondría la salida de la Unión, para «volver a ser un país independiente» con respecto a las políticas europeas. En este sentido, Cameron, con afán de frenar el avance de la ultraderecha, ha propuesto un referéndum para 2017 donde los ciudadanos deberán decidir si mantienen o no su adhesión a la UE. Cabe recordar que, en el otro quebradero de cabeza de Cameron, el referéndum por la independencia de Escocia, la amenaza de la inviabilidad de un Estado fuera de la UE es la principal baza que juegan las fuerzas unionistas.