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Ariel Sharon fallece sin ser juzgado tras permanecer en coma ocho años

Con disparos al aire y bailes en la calle, los refugiados palestinos del campamento de Ain el Helu, en el sur de Líbano, recibieron ayer el anuncio de la muerte del ex primer ministro israelí Ariel Sharon, al que conocen como «el carnicero de Beirut». Ha fallecido sin haber sido procesado por crímenes de guerra y contra la Humanidad tales como la masacre de Sabra y Shatila o el crecimiento de las colonias judías en Cisjordania durante su mandato.


El estallido del júbilo palestino se repitió en otros campamentos de refugiados en Líbano, mientras una comisión ministerial israelí se reunía anoche para decidir los detalles oficiales del funeral, en el que según el Canal 1 de la televisión se prevé la participación del vicepresidente de EEUU, Joe Biden, del ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, y del enviado especial del Cuarteto de mediadores para Oriente Medio, Tony Blair.

Munir Makdah, responsable militar de Al Fatah, dijo a Efe por teléfono que «la alegría reina en todas partes» de Ain el Helu, ubicado en las afueras de la ciudad de Sidón. Afirmó que Sharon fue «el símbolo del terrorismo, las matanzas y los crímenes contra los pueblos árabes, en especial contra nosotros los palestinos».

En ese sentido, el dirigente mencionó el papel indirecto que desempeñó el israelí en la masacres de palestinos de los campos de refugiados de Sabra y Shatila en 1982, así como su provocadora visita en 2000 a la mezquita de Al Aqsa, detonante del levantamiento popular conocido como Segunda Intifada.

«Hubiésemos deseado que fuera juzgado por un tribunal internacional, pero no hay justicia», agregó Makdah.

Israel se vistió de luto por la muerte de uno de los militares israelíes más laureados y uno de los políticos más controvertidos y a la vez populares, de la historia de este Estado. «Ya está, se marchó. Se marchó cuando él lo decidió», fue la escueta notificación que hizo a los medios Guilad Sharan, el menor de sus dos hijos, al referirse a la larga agonía de su padre.

Sharon falleció a primera hora de la tarde, a los 85 años de edad, tras permanecer en coma desde enero de 2006 en el hospital Shiva de Tel Hashomer, localidad al este de Tel Aviv.

El director de la sección de rehabilitación de ese centro médico, Shlomo Noi, explicó que «el primer ministro superó todos estos años numerosas complicaciones, y luchó por su vida hasta el último momento». Agregó que la razón de su muerte es que «sencillamente hoy su corazón dejó de funcionar». En los últimos tres meses el estado del ex primer ministro se había deteriorado progresivamente y hace doce días se agravó de forma irreversible a raíz de una insuficiencia renal que afectó a otros órganos vitales.

Las informaciones sobre su muerte inundaron inmediatamente las redes sociales y medios israelíes, que desde primera hora de la tarde transmiten una programación especial en directo sobre la vida y el legado de Sharon. El primer ministro Netanyahu afirmó que «la memoria de Sharon está grabada en el corazón del pueblo de Israel» porque «era ante todo un bravo luchador y un gran militar».

Incluso sus detractores políticos de la «izquierda pacifista», como el exministro de Meretz Yosi Sarid, reconocían ayer el cambio que Sharon experimentó hacia el «pragmatismo» en los últimos años de su vida.

HRW evoca los crímenes de guerra y contra la Humanidad de Ariel Sharon

La organización pro Derechos Humanos Human Rigths Watch califica de «vergüenza» que el ex primer ministro Sharon haya muerto sin haber sido procesado por crímenes de guerra y contra la Humanidad tales como la masacre de Sabra y Shatila. «Es una vergüenza» afirma la directora para Oriente Medio y el norte de Africa de HRW, Sarah Leah Witson, en un comunicado. «Su muerte es otro amargo recordatorio de los años de virtual impunidad ante violaciones de los Derechos Humanos que no han aportado nada para acercar la paz palestino-israelí», añade. GARA