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FÚTBOL AMERICANO | Final

Denver Broncos vs Seattle Seahawks en la Super Bowl

Por primera vez, la final se disputa en una ciudad de clima frío, en New Jersey.


Denver Broncos y Seattle Seahawks disputan esta noche en el Metlife Stadium de New Jersey (00.30 hora de Euskal Herria, Canal +), la XLVIII edición de la Super Bowl, la Final de la Liga de Fútbol Americano (NFL). Ambos equipos han sido los mejores a lo largo de la temporada regular y, tras superar dos eliminatorias de play-off, buscan refrendarlo en un choque que se prevé durísimo entre el ataque más efectivo y la defensa más sólida.

Naranja chillón. Un sol brillante camino de las Rocky Mountains. Caballos desbocados, el mejor ataque de la temporada. Los Broncos de Denver, capital de Colorado, allí donde no hace tanto las disputas se solucionaban a punta de revólver. Es el rancho de Peyton Manning, el pistolero más rápido.

Azul oscuro, plomizo. Como el cielo de una ciudad acostumbrada a ver llover un día sí y otro también. Sirimiri en versión Seattle. Bien lo saben quienes siguen la serie televisiva «Anatomía de Grey». A la izquierda, en la esquina superior del mapa. Más arriba ya es Canadá. Los Halcones Marinos (Seahawks) dominan este territorio. La mejor defensa. Garras.

Dicen que los ataques ganan partidos y las defensas campeonatos. Hasta la fecha, ese duelo estadístico se ha producido en cinco ocasiones. Y sí, en cuatro de ellas se impuso la mejor zaga. En la otra el trofeo se lo llevaron los San Francisco 49's del quaterback Joe Montana y el receptor Jerry Rice. Era 1990 y la víctima -casualidad- los Denver Broncos, que encajaron la mayor paliza de una final: 55-10.

Ambos conjuntos han sido los mejores de sus conferencias en la Regular Season, con 13 victorias frente a 3 derrotas. Ya en los play offs, Denver, que ganó este trofeo en 1998 y 1999, doblegó primero a San Diego Chargers (24-17) y posteriormente dejó en la cuneta a los New England Patriots de Tom Brady (26-16), otro brazo de leyenda y marido de la no menos famosa top-model brasileña Gisele Bündchen.

Seattle, que juega su segunda final tras perder la de 2005, dio buena cuenta de New Orleans Saints (23-15) y sufrió hasta la última jugada para superar a San Francisco (23-17), gracias a una intercepción en su propia zona de touchdown con el reloj casi a cero.

Peyton Manning, la clave

Los expertos coinciden en señalar que la clave será Peyton Manning, el quaterback -mariscal de campo en las narraciones de los comentaristas mexicanos- de Denver. Por falta de experiencia no será. A sus 37 años, el jugador nacido en New Orleans cumple su 16ª temporada en la NFL, las 14 primeras con Indianapolis Colts -con quienes ganó la Super Bowl en 2007- y las dos últimas con los Broncos. Cuenta en su haber con plusmarcas de todos los tipos y colores, la última esta campaña con el récord de pases de touchdown en una temporada regular, 55.

La principal baza para tratar de frenar el juego aéreo de Denver se llama Richard Sherman, cornerback -o esquinero- de Seattle, especializado en cazar al vuelo todo balón que pase por su zona. En ataque, al margen del quarterback Russell Wilson, los Seahawks confían en la capacidad de Marshawn Lynch para buscar el más mínimo resquicio por el que colarse con el oval en sus manos. Los Broncos prefieren volar, y los Halcones correr, paradojas del juego.

La final contará además con un factor novedoso que puede alterarlo todo, la climatología. Por vez primera, la Super Bowl se disputa en una ciudad de clima frío y sin techo retráctil. Las extremidades se entumecen y se pierde tacto, sensibilidad. El escenario de este experimento es el Metlife Stadium de East Rutherford (New Jersey), sede de los dos equipos de New York, los Giants y los Jets. Se prevén temperaturas rondando los cero grados, y hasta última hora sobrevuela el riesgo de nevada.

En el choque de play-off entre Green Bay y San Francisco el pasado 5 de enero el termómetro se desplomó hasta los casi -30º bajo cero. Si todo sale bien, las grandes ciudades del norte podrían presentar su solicitud, como muy pronto, eso sí, para 2019. Las tres próximas ediciones ya están adjudicadas a Glendale, Arizona (2015); Santa Clara, California (2016); y Houston, Texas (2017); mientras que Indianápolis, Minneapolis y Nueva Orleans pujan por la de 2018.