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Consternación por la inesperada muerte de Paco de Lucía

Desde muy tempranas horas, medios de comunicación y redes sociales de todo el mundo se hicieron eco del deceso del músico que revolucionó el flamenco en los años 60 y 70. Él fue quién hace 34 años incorporó el cajón peruano al flamenco. En julio, actuó en Mendizorrotza.


El mundialmente conocido guitarrista y renovador del flamenco Paco de Lucía falleció ayer, a la edad de 66 años, en una clínica de Playa del Carmen (al sur de Cancún, México) a la que, víctima de un infarto, llegó por su propio pie.

En opinión de José Ignacio Landaluce, alcalde de Algeciras, -ciudad natal del músico- y a través de quien se conoció la luctuosa noticia, la muerte del guitarrista supone «una perdida irreparable para el mundo de la cultura y para Andalucía. La muerte de Paco de Lucía convierte al genio en leyenda. Su legado perdurará por siempre».

Nacido el 21 de diciembre de 1947 con el nombre de Francisco Sánchez Gómez e hijo del guitarrista flamenco Antonio Sánchez, tomó su nombre artístico en honor a su madre, Lucia Gómez.

Paco de Lucía, quien ya tocaba la guitarra a la edad de 5 años, comenzó su larga carrera discográfica, compuesta por 37 trabajos, en 1963 junto a su hermano Pepé: «Los chiquitos de Algeciras».

Pero fueron los discos grabados en los años 70, especialmente aquellos que hizo junto a Camarón, los que inspiraron una inédita revolución en el mundo del flamenco. Como dijo ayer Dolores Montoya, «Chispa», viuda del cantaor, «Camarón y Paco se entendían con solo mirarse, se alucinaban uno al otro escuchándose».

Esas grabaciones, además, proporcionaron al guitarrista un renombre internacional que posibilitó su contacto con la música clásica, el pop y el jazz, siendo sus colaboraciones con el líder de la Mahavishnu, John McLaughlin, el icono por excelencia de ese contactó, de esa exploración de nuevas vías de expresión.

Lucía y Euskal Herria

Amén de McLaughlin o Al Di Meola, son incontables los músicos de renombre que colaboraron con Paco. Entre estos y por proximidad, cabe recordar a Wynton Marsalis (grabaron juntos »Vitoria Suite») y Chick Corea, con quien protagonizó dos sonados conciertos, en 2001 y 2013, en el Festival de Jazz de Gasteiz.

En la última de ellas, el verano pasado, el público siguió la actuación envuelto en un silencio sepulcral, casi místico, muestra del respeto y cariño que la gente tenía por Paco de Lucía. Este tuvo también la humorada de poner a cantar al público, público que con los famosísimos «Entre dos aguas» y «El concierto de Aranjuez» del maestro Rodrigo, llegó al paroxismo.

Esta ya última jam session entre ambos, calificada por la revista francesa «Jazz Magazine Jazzman» como el mejor concierto de jazz de 2013, fue posible gracias al director del festival, Iñaki Añúa. Este, consternado, dijo ayer, a través de la cuenta de Facebook del festival, que «no me lo podía ni creer; la noticia me ha dejado sin palabras, hoy despertamos sabiendo que ha muerto Paco de Lucía. Qué se puede decir de este gran Maestro, solo eso... El Maestro».

Otro comentario en las redes sociales, al rojo con la triste noticia, señalaba que «Paco ha ido a enseñar a tocar la guitarra a los ángeles».

El músico, que vivía a caballo entre México y Andalucía, pasó temporadas en Durango, localidad a la que estaba unido por lazos familiares por parte de su mujer, dato este que recordaba en Twiter el lehendakari Urkullu.

Paco de Lucía también trabajó con el director Carlos Saura, destacando de esa colaboración la multipremiada «Carmen» (1983).

Compañero de Camarón, creador de una postura ya célebre para tocar la guitarra, Paco de Lucía incluye en su anecdotario el haber incorporado, hace 34 años, el cajón peruano a la nómina de instrumentos utilizados en el flamenco.