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CRíTICA: «La imagen perdida»

El periodo en que Camboya se convirtió en Kampuchea


El documental creativo de Rithy Panh «L'image manquante» plantea un interesante debate sobre la memoria histórica y su representación. Existe la idea de que para reavivar la historia hacen falta restos encontrados, ya sean imágenes de archivo, documentos, fosas comunes o cualquier otro tipo de huellas o pruebas conservadas a través del tiempo. Sin embargo, el cineasta de origen camboyano reivindica un uso más subjetivo e individual de la memoria, frente a su consideración colectiva. A falta de la conservación de testimonios reales, recurre a la recreación imaginativa y poética de unos hechos vividos en primera persona.

Rithy Panh tenía once años cuando en 1975 Camboya se convirtió en Kampuchea, bajo el régimen genocida de Pol Pot. Fue uno de los millones de desplazados durante el éxodo de Phnom Penh, cuando los Jemeres Rojos evacuaron las ciudades para crear un estado agrario. Acabó en uno de los campos de trabajos forzados, hasta que fue liberado en 1979 gracias a la invasión vietnamita.

Las vivencias de aquel terrible lustro las recogió en su libro «La eliminación», que sirve de base a su nueva realización, seleccionada para el Óscar de mejor película de habla no inglesa y premiada en la sección Un Certain Regard de Cannes. Se suma así a sus anteriores realizaciones «La gente del arrozal» o «S21: La máquina roja de matar». En realidad no añade nada nuevo a esos conocidos títulos, formando parte de una obsesión personal por contar lo mismo mediante otros medios expresivos. En un más difícil todavía, intercala las filmaciones propagandísticas del régimen con figuras estáticas de arcilla, o las combina y superpone. Se produce entonces un extraño contraste entre el blanco y negro del viejo celuloide con esos muñecos coloreados a mano, en un minucioso proceso artesanal que es mostrado al espectador.

El dolor de las víctimas queda reflejado, por lo tanto, en los gestos congelados de las miniaturas inmóviles. Son unos rostros rugosos que apenas dicen nada, porque de eso se encarga la voz en off.