2014 MAI. 07 Junta General Extraordinaria de Accionistas Nuevo Consejo, sin Arrinda y Davalillo de nuevo presidente 20.432 acciones, un 55,83%, aprobó los cambios tras la venta «a coste cero» de las más de 15.000 correspondientes al clan Arrinda a Enrique Guzmán. Arnaitz GORRITI A la segunda convocatoria fue la vencida, y Bilbao Basket vivía ayer el primer día del resto de su existencia, ya sin Gorka Arrinda al frente de la entidad. Un nuevo Consejo compuesto por ocho personas, y dirigido por Xabier Jon Davalillo, que ya presidió el club bilbaino entre los años 2005 y 2010, forma ya parte dirigente de Bilbao Basket, con Iñaki Calvo que repite de vicepresidente, Juan Carlos Del Campo que ejercerá de tesorero y Enrique Olaran, como letrado asesor no consejero. El resto de los vocales que conforman la nueva cúpula de la entidad vizcaina son Enrique «Curro» Guzmán, Juan Elejalde, Isabel Iturbe, Estitxu Ibarretxe y Pedro Mari «Piru» Azua. Con la habitual tardanza de estos casos, la segunda convocatoria de la Junta Extraordinaria contó con la ausencia -física- al completo del clan Arrinda, ya que ni uno solo de la familia, y ni siquiera su abogado, Pablo Viana, hicieron acto de presencia en la sala multiusos del Bilbao Arena. Sí estaban, por otro lado, los cinco miembros del grupo alternativo de gestión. En total, 2.656 acciones estuvieron presentes, con el añadido de 17.776 acciones representadas, esto es, un total 20.432 acciones; es decir, se reunió un total del 55,83% del accionariado. Con todo, sí habría que asumir la presencia «simbólica» del clan Arrinda, aunque fuera a través de Enrique Guzmán, que apareció representando más de 15.000 acciones, obtenidas «a coste cero» -al «simbólico precio de un euro», según afirmaba tras la Junta el propio Guzmán-, una aportación que en la convocatoria de ayer no era esencial, puesto que la presencia de un único accionista ya era suficiente para dar validez a poder constituirse la Junta, pero que sí simbolizaba el radical cambio de rumbo de Bilbao Basket. Todo por hacer Salvo una improvisada y algo precipitada ronda final de preguntas, en la que Enrique Guzmán poco más pudo aclarar sino el cargo de cada cual en el Nuevo Consejo, la Junta Extraordinaria, a efectos prácticos, se vio limitada al cese de la antigua Junta así como al nombramiento de la nueva. Después de una votación conjunta -para favorecer la agilidad de la Junta, se prefirió aprobar o rechazar a todo el grupo de golpe, en lugar de hacerlo uno por uno-, un equivalente total de 20.287 acciones dieron el visto bueno a los miembros propuestos, dándose por aprobado así el cese de la anterior Junta como la entrada de la nueva. Aparte de la de Davalillo, varias caras de sobra conocidas -Iñaki Calvo, Enrique Guzmán, Juan Carlos Del Campo o Juan Elejalde- entraban en la Junta, amén del regreso de un viejo conocido como «Piru» Azua, actual Secretario de la Fundación Bilbao Basket y uno de los fundadores del club, más el añadido de dos mujeres distintas pero con cierto carácter simbólico a su vez: la exjugadora y entrenadora de Ibaizabal GDKO Estitxu Ibarretxe e Isabel Iturbe, vicepresidenta de la Asociación de Empresarias y Directivas de Bizkaia. Mientras, Enrique Olaran, abogado en temas como el «caso Iurbenor», entraba en este nuevo grupo en calidad de letrado asesor no consejero. No hubo ninguna explicación al detalle de prácticamente nada, más allá de constatar la deuda del club de «alrededor de seis millones de euros», al tiempo en que no se descartaba llevar a cabo el concurso de acreedores hasta «conocer en detalle» las cuentas de Bilbao Basket. A este propósito, aunque sin especificar fecha, los nuevos rectores, amén de prometer «transparencia», anunciaron una nueva Junta en fechas no muy lejanas para aclarar la situación. Por ello, más allá de las fotografías del nuevo Consejo ya constituido, pese a las múltiples dudas y preguntas aún en el aire -para empezar, el montante de la venta de acciones de Gorka Arrinda, cuando hasta el último momento el hasta ahora máximo accionista se aferraba a sus ansias de obtener cerca de 800.000 euros por unas acciones que, vista su situación económica, difícilmente podrían valer ni por aproximación-, o los próximos pasos a dar para ir lidiando con la deuda y que entre liquidez, junto con algún patrocinador nominal... Y es que el club, antes de final de este mes, ha de devolver el fondo de Garantía Salarial solicitado a la Liga ACB. De lo contrario, el club será expulsado de la propia ACB y perdería su canon de ascensos y descensos. Aunque lacónico, el nuevo presidente quiso dar carpetazo a la Junta con palabras de esperanza. «Empezamos una nueva etapa. Una etapa que va a ser complicada pero, con la ayuda y el esfuerzo de todos, esperamos sacarla adelante porque este club tiene futuro», declaraba.