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Gorka gonzález y Julien Duponchel
Creadores de la cerveza San fermín

«Las cervezas que bebíamos no terminaban de convencernos»

Estos dos vecinos de Iruñea hasta hace poco más de un año eran amigos, ahora son también socios. Decidieron dar un giro a sus vidas y, tras meses de cálculos, han dado el salto a la producción de cerveza. Le pusieron de nombre San Fermín y dicen que los primeros resultados son buenos.


Están viviendo las primeras semanas de su proyecto. Han creado la cerveza San Fermín. Los primeros 1.800 litros de su producción han tenido buena aceptación -mejor de lo que esperaban, confiesan- pero hasta finales de año no sabrán si realmente se han metido en un negocio rentable.

¿Cómo se les ocurrió embarcarse en esta aventura?

Fue una tarde, hace año y medio, poco más o menos. Estábamos en casa de Julien dándole vueltas a la cabeza pensando en proyectos de cara al futuro. Teníamos claro que queríamos montar una empresa y se nos ocurrió crear una distribuidora para importar cervezas de fuera. De repente vino a la cabeza el nombre de San Fermín como marca y a Julien se le cambió la cara. Empezó a mirar marcas y patentes para ver si el nombre estaba libre y resulta que los estaba.

¿Por qué cerveza y no vino, por ejemplo?

Nosotros somos muy cerveceros y siempre decíamos que las cervezas que bebíamos no terminaban de convencernos. Los grandes grupos como Mahou-San Miguel y Heineken tienen copado el mercado tirando los precios con botellines a 1 euro. Lo curioso es que tiran los precios y ganan mucho más. ¿Dónde está el truco? Pues en que han bajado la calidad del producto, nos dan agua en vez de cerveza. Por eso nos animamos a probar a hacer una cerveza de nuestro gusto. El vino lo habíamos descartado porque pensamos que es un sector más saturado, más explotado. Llegó un momento en que mucha gente que fue al paro montaba su bodega.

¿Han contado con ayudas oficiales para poner en marcha el proyecto?

No hemos contado con ellas porque tampoco las hemos pedido. No merece la pena perder 200 horas en burocracia y papeleo para que luego te dejen 3.000 euros y los tengas que devolver en unas condiciones penosas.

¿Cómo fue el arranque?

Primero analizamos distintas posibilidades. Queríamos producir la cerveza, pero vistos que los costes de la maquinaria necesaria se iban hasta los 30-40 millones de euros para maquinaria e instalaciones. Entonces, nos fuimos a buscar a quien nos hiciera la cerveza. Queríamos que fuera una empresa de Navarra. Hay varias y después de algunos contactos, a unas no les convencía nuestra idea y otras no nos convencían a nosotros, llegamos a un acuerdo con los productores de Cerveza Txikita.

¿Tenían claro qué cerveza querían?

Sí, queríamos una cerveza rubia, tipo pilsen, de grano de cebada y no de trigo, que luego son más pesadas, más cansinas; que fuera fresca y tuviera ciertos toques cítricos o afrutados. Una cerveza de calidad que se beba durante todo el año, no solo en verano. Y lo conseguimos. Hicimos muchas pruebas, pero gracias al trabajo del maestro cervecero de Txikita que tiene mucha experiencia y controla muy bien el sabor, la textura, la espuma, el color, la temperatura... hemos logrado una cerveza muy buena, que huele mucho, con aromas de melocotón y lima y que se pueden beber cinco o seis tranquilamente, lo que no se puede hacer con las cervezas pesadas, las clásicas belgas que se consideran de culto.

¿Es una cerveza totalmente natural?

No solo natural sino con productos de casa, menos el lúpulo que no se siembra aquí. Todo el grano de cebada es de Navarra.

¿Cómo responde la gente al sabor?

Está gustando mucho. Todos los bares a los que hemos ido ofreciéndola para probarla, menos uno, y son muchos, nos han pedido que les enviemos más. La respuesta está siendo espectacular, en cierta forma estamos asustados porque toda la gente está repitiendo.

¿Cómo ha sido la campaña de lanzamiento?

De boca en boca, de amigo en amigo y también de bar en bar, de puerta a puerta. Yo soy comercial por lo que estoy en lo mío. Entro en un bar y, mientras se va enfriando el botellín que llevo de muestra para probar, voy explicando cómo es nuestro producto.

¿Por qué solo ofertan botellines?

Descartamos las latas porque la maquinaria es muy cara. Descartamos los barriles y el grifo porque son caros y hay que prestar asistencia técnica; ademas, las grandes empresas es donde más tiran los precios, en los cañeros. Por lo que nos queda el botellín. El de 25 cl encarecía el precio y se quedaba un poco pequeño para una cerveza de este estilo y el de 50 cl es un poco grande para los hábitos de la gente. Conclusión: nos quedamos con la de 33 cl.

¿Con qué producción han comenzado?

El primer objetivo que nos marcamos era producir y vender 10.000 litros. Llevamos solo dos meses y hemos producido 1.800 litros por lo que vamos bien. Sacaremos ocho producciones de 600 litros hasta diciembre y será entonces cuando hagamos una valoración global del proyecto. Creemos que vamos a poder vivir de ello, pero sabemos que hay que currar mucho. Los pelotazos solo existen para los que tienen mucha pasta o buenos padrinos y contactos.

¿Con cuántos litros empieza a ser rentable este negocio?

Calculamos que con 25.000 litros será rentable para los dos, pero estamos hablando de unos 75.000 botellines, muchos botellines para vender. Es que también hay muchos gastos para mantener la producción y te tienes que hacer autónomo, una ruina en estos tiempos, porque solo por trabajar tienes que pagar 300 euros al mes. Aquí la Seguridad Social es la primera que cobra. Lo de hacerte autónomo es una ruina hoy en día, encima tienes que exponer tu casa y la de tu familia.