2014 EKA. 05 PAPEREZKO LUPA Fredi el embridador Maite SOROA msoroa@gara.net El serial de la abdicación borbónica está dejando algunos capítulos que aunque sean secundarios en la trama son igualmente divertidos, por llamarlo de alguna forma. Uno de esos capítulos nos lo cuenta Ricardo Rodríguez en «Elsemanaldigital», en una columna titulada «Gesto patriótico», y donde empieza diciendo que «los resultados europeos alentaron algunos de los peores fantasmas de La Zarzuela. El escenario abierto fue interpretado en Palacio como un riesgo futuro para la estabilidad de las instituciones, con la propia Monarquía al frente. El Rey debía dar paso ya a sangre (azul) nueva». Vamos, que el 25M les entró el canguelo. Dicho esto, Rodríguez cuenta que «Don Juan Carlos se ha ido poniendo en manos tanto del PP como del PSOE. Y ahí era sobre todo necesario que Rubalcaba embridase los vendavales de imposible encaje en la Constitución de muchos de sus cuadros dirigentes, sobre todo de los más jóvenes embarcados en un radicalismo fuera de cualquier lógica en unas siglas llamadas a ser alternancia de Gobierno. Así, Alfredo Pérez Rubalcaba se veía forzado a transmitir a los suyos en Ferraz que, `sin perder su histórico espíritu republicano', `los socialistas apoyan esta Monarquía sin lugar a dudas'». O sea, que a quien durante años se le ha conocido como «Fredi el químico» a partir de ahora le van a llamar «Fredi el embridador». La verdad es que servidora no ve a nadie en el PSOE embarcado en el radicalismo, pero sí le cuadra el papel de bombero que el columnista le atribuye al cántabro. En ese mismo sentido, Rodríguez señala que «ese mismo deber patriótico, o algo parecido, habría llevado a Rubalcaba a mantenerse al frente del PSOE durante los distintos pasos a seguir hasta su relevo en Congreso extraordinario. Menos de dos meses. Lo fácil para él hubiera sido dejar los bártulos en manos de una gestora, pero, según filtra su asustado entorno, el partido podía sentirse tentado a caer en una descalificación total del sistema. Y así fue como Alfredo Pérez Rubalcaba optó por rendir un último servicio a Don Juan Carlos». En serio, una no concibe al partido de la rosa en plan antisistema, pero está bien saber qué es lo que mueve a su todavía secretario general. Realmente, lo mismo que ha movido a sus antecesores y a cualquiera que ha pintado algo en Ferraz. Unos lo llaman «gesto patriótico», otras lo llamamos vasallaje.