2014 IRA. 21 BALONMANO | Liga Asobal Gana quien más lo persigue Anaitasuna no supo contrarrestar el juego del Zamora, aun así tuvo la victoria a su alcance, pero se le escapó. Juan Carlos ELORZA ZAMORA 25 ANAITASUNA 24 Anaitasuna vagó como alma en pena por un partido que nunca supo descifrar, salvo un arreón a partir del minuto 40, precedido de un tiempo muerto solicitado por Iñaki Aniz cuando parecía que el marcador se le iba (17-14). A la vuelta los navarros apretaron en defensa y fueron mucho más incisivos en ataque, hasta el punto de que dieron la vuelta al marcador y se colocaron con un gol por encima en el minuto 52. Pero no supieron rematar a un rival muy laborioso, que creyó siempre en sus posibilidades, aunque mostrara síntomas de cansancio cuando Anaitasuna apretó el acelerador, encontró por fin a Da Silva, y abrió pasillos y boquetes en la defensa zamorana que no había podido habilitar hasta entonces. Pero, cuando parecía haber encontrado la forma de resolver un partido que se le había complicado mucho, Anaitasuna jugó mal sus últimas opciones de ataque y Zamora acabó por birlarle la cartera, aunque lo cierto es que hizo méritos para ello. Con 23-24 a poco más de tres minutos para el final, y un jugador menos por exclusión de Meoki, Capón paraba el penalti lanzado por Camino (Lorger ya había detenido antes tres de los cuatro que le lanzaron) y el entrenador navarro Iñaki Aniz paraba el tiempo para preparar una jugada que podía ser decisiva. El técnico insistió a sus jugadores acabaran la jugada, pero al volver a la pista eligieron una de las peores opciones, que acabó con falta de ataque de Gastón. El Zamora no desperdició la ocasión y empató a 24. En la siguiente acción de ataque Castro y Reig se empeñaron en que el balón llegara al pivote con cuatro jugadores en un palmo de terreno, y los árbitros pitaron falta de ataque al central leonés. Los errores navarros revitalizaron el ánimo del Zamora, hasta que su veteranísimo capitán Jortos certificaba la victoria con un lanzamiento de cadera, en caída, a un segundo del final, que retrataba la incapacidad de Anaitasuna durante la mayor parte del partido para frenar el juego ofensivo local que, sin lanzamiento exterior, se empeñaba una y otra vez en la circulación rápida, la insistencia en los contactos y fintas, los lanzamientos en apoyo en la zona central, y las conexiones con el pivote chileno Salinas, que lo cogía y lo remataba casi todo, a veces en posiciones acrobáticas. En defensa palió su falta de centímetros alternando defensas abiertas, a veces 3:3, otras 5:1, que Anaitasuna no supo atacar, lo que le impidió encontrar un ritmo de juego, o habilitar los remates de sus laterales.