2014 URR. 12 HEMEROTEKA Los desafíos de Rousseff Atilio A. Boron PÁGINA/12, 2014/10/7 Se complica el escenario en Brasil, por varias razones. (...) Se complica también porque su contendiente ya no es una voluble y fugaz estrella mediática sino un representante orgánico del establishment conservador brasileño. (...) Tres. Para prevalecer, Dilma deberá reconquistar una parte de la base social del PT que, desilusionada con su gobierno, manifestó su desencanto votando a Marina. (...) Si su propuesta se asemeja a la de su rival, estará perdida, porque los pueblos invariablemente prefieren el original a la copia. Tendrá que diferenciarse por izquierda (...) Cuatro y último, será preciso para ello desandar el camino que, desde el 2003, desmovilizó al PT, convirtiendo al otrora vibrante partido socialista de los ochenta y los noventa en un espectro que vegeta en los recintos parlamentarios y los despachos de la burocracia estatal. Ahora Dilma no tiene partido, y se podrá decir que tampoco lo tiene Aécio. Pero éste tiene con qué reemplazar esa falencia: los oligopolios mediáticos, totalmente jugados a su favor. (...) a Dilma sólo la podrá salvar la política y no sus presuntas aptitudes gerenciales. La mayoría electoral que Lula supo construir no logró transformarse en hegemonía política: esto es, en una dirección intelectual y moral que garantizase la irreversibilidad de los importantes avances registrados en algunas áreas de la vida social pero que, a juicio de la ciudadanía, fueron insuficientes. Cambios que mejoraron la condición del pueblo brasileño, pero que fueron no hechos con el protagonismo del pueblo sino por un poder filantrópico que desde arriba desmovilizaba, despolitizaba e inducía a la pasividad a cambio de la inédita generosidad oficial. La actividad política era un ruido que alteraba la calma que requerían los mercados para seguir enriqueciendo a los ricos. El PT en el poder no supo contrarrestar esa estrategia, y ahora necesita repolitizar, en tres semanas, a un sector importante del pueblo brasileño. Ojalá que lo consiga, ya que la victoria de Aécio sería un desastre para América latina (...).