2014 ABEN. 10 CRíTICA: «Mil noches, una boda» Docuficción sobre un matriarcado disfuncional Mikel INSAUSTI Zinema kritikaria Proyecto coral, tanto delante de la cámara como detrás de ella, que recibió la Cámara de Oro a la Mejor Ópera Prima en Cannes. Las realizadoras Marie Amachoukeli-Barsacq y Claire Burger, que ya han solido trabajar juntas, se unen a Samuel Theis, que tiene algo de experiencia profesional como actor. Él es el representante de la familia protagónica en esta película que surgió de un cortometraje previo, en el que ya habían participado todos. Quiere esto decir que se conocen bien, y que sabían qué podía haber de real y qué de guionizado en su docuficción. «Party Girl» se centra en la matriarca de una familia disfuncional, una mujer madura llamada Angélique Litzenburger, que se interpreta a si misma junto con el resto de los miembros de su clan. Viven en el norte, cerca de la frontera con Alemania, y se reúnen para celebrar la boda desvelada por el título de la versión estrenada. De una tacada también nos descubre que se trata de una mujer que ha trabajado toda su vida en el mundo de la noche, y que se verá acosada por las dudas y el miedo al compromiso. En principio, la petición matrimonial de un cliente se presenta como una oportunidad tardía de reconducir su existencia, pero posee un irreductible espíritu libre que no entiende de convencionalismos. Aunque Angélique Litzenburger carezca de experiencia interpretativa, cuenta con unos llamativos ojos que atrapan los primeros planos muy seductoramente. Dicha capacidad innata, sin embargo, se encuentra a falta de una progresión dramática para su personaje. No es su culpa, sino de cómo ha sido dirigida, algo que se nota mucho en las secuencias intimistas, que quedan un tanto vacías o superficiales, y que en ningún caso pueden ser tratadas en el tono documental de las escenas colectivas. La parte documentalista funciona muy bien a la hora de captar el ambiente del club nocturno, cumpliendo con una función más bien introductora. Luego está el reportaje de boda, que se mueve entre la película casera y los programas televisivos sobre bodas gitanas, en los que se busca reflejar cierto colorido bullicioso que se sale de lo corriente.