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CRíTICA: «El jugador»

Mientras la ruleta siga girando hay vida


A James Toback le han incluido en los títulos de crédito como productor ejecutivo, que suele ser la forma legal de contentar al autor original de una obra cuando quieren hacer con ella otra cosa pero sin contar con su verdadero creador. William Monahan, guionista habitual de Martin Scorsese, es el responsable de esta adaptación que se aleja del remake de la película realizada en 1974 por el inglés Karel Reisz. Hay muchas diferencias, de ambientación, de personajes, y también de intenciones. Y, sobre todo, el protagonismo de Mark Wahlberg no tiene nada que ver con el de James Caan, por más que en ambos casos se trate de sendos profesores de literatura inglesa con una faceta oculta dedicada a las timbas y mesas de juego.

James Toback buscó la inspiración autobiográfica, en clara conexión con la novela homónima de Dostoievski, que también lo era. Por el camino se ha perdido eso, y en su lugar el guionista WilliamMonahan y el realizador Rupert Wyatt han preferido nutrirse del existencialismo de Albert Camus en «El extranjero», aunque sin llevarlo hasta las últimas consecuencias. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que Mark Wahlberg no deja de ser una estrella de Hollywood al frente del reparto de una producción independiente, y empatiza con el gran público más de lo que aconseja una caracterización que debería resultar autodestructiva de principio a fin. En última instancia, se deja un resquicio para la redención de este apostador nato, tirando de la idea de que en el juego la única ecuación es todo o nada, ganan las blancas y pierden las negras, o viceversa, sin más posibles alternativas. Así es cómo el profe se endeuda hasta las cejas dentro de una espiral ruinosa que le lleva a tocar fondo, y de ahí pasa forzosamente a tener que volver a empezar de cero.

Ya no se trata de un ludópata como tal, sino de alguien que juega con la vida para reencontrarse a si mismo. Ya no se hacen películas que sirvan para el debate, y «El jugador» del 2014, a pesar del título, no se presta a discutir sobre adicciones.