2015 OTS. 09 BALONMANO | Copa EHF femenina (1/8 de final, ida) Bera Bera resiste pese al infortunio Jugó muy bien en ataque, pero desaprovechó muchas ocasiones claras, y sufrió su peor día en la portería, pero mantiene sus opciones. Juan Carlos ELORZA BERA BERA 30 MURATPASA 30 Bera Bera jugó un partido más que aceptable, bueno incluso, tanto en defensa como en ataque, pero no pudo vencer. Marcó 30 goles -y además protegió muy bien la posesión del balón durante todo el partido-, pero también desperdició tres contraataques claros y tres penaltis -dos parados por Imamoglu y otro al poste-. Fabricó otra docena de situaciones de gol bastante buenas -siete penetraciones, un remate desde el pivote y cuatro más desde los extremos-, pero se encontró con un buen día de la portera Imamoglu (18 paradas, bien repartidas entre la primera -10- y la segunda mitad -8-)... y mostró poca finura en algunos remates. Lo de los penaltis es un problema crónico desde hace años. Bera Bera no dispone de una especialista en esta jugada tan específica -Ziarsolo no lo es, aunque cumple dignamente ese papel-, lo que se refleja en un porcentaje de aciertos menor al que caracteriza a los equipos con buenas ejecutoras desde siete metros, y lo paga más de una vez en partidos igualados como el de ayer, en que desperdició tres de los siete que lanzó. Además -y esto es noticia- Temprano tuvo un mal día en la portería. Quizá porque no había material de video disponible sobre las tiradoras rivales y no pudo prepararse a conciencia como es habitual en ella, o quizá simplemente porque algún día tenía que tocar, y fue ayer. El hecho es que los ocho primeros remates turcos a portería fueron gol -también pudo hacerle un poco de mella el segundo tanto (el 2-2), una suspensión de Laiuk en la que parecía tener controlado el balón junto al poste y se le escurrió entre las manos, una jugada que había sido precedida de un pase demasiado largo a Ziarsolo al que no pudo llegar la ermuarra-, hasta ser sustituida por Zugarrondo poco antes del minuto 20. En la reanudación estuvo algo mejor, pero lejos de sus mejores actuaciones y, como es lógico, el equipo lo acusó. A pesar de que defendió bastante bien a un equipo de características muy diferentes a sus rivales habituales en la Liga, con buenas tiradoras desde fuera. Logró controlar a una de ellas, la que parecía más peligrosa, la zurda ucraniana Laiuk, pero la lateral diestra Hosgör y la central croata Konzjak le acribillaron desde lejos, aprovechando la escasa estatura del muro central donostiarra, muy eficaz en la defensa de proximidad y en contacto a la que están habituadas en la Liga, pero con más problemas para blocar el tiro exterior -11 de los goles turcos fueron lanzamientos en suspensión desde los nueve metros-. ¡Ah! Y, por cierto, el Muratpasa demostró ser un rival muy respetable. Más en ataque que en defensa, donde el buen día de Imamoglu le permitió salir airoso. Pero en el juego ofensivo demostró tener recursos, tanto en la primera línea como en los extremos. Se aprovechó del día gris de la portería donostiarra (7 paradas de 37 lanzamientos, un 20% de acierto), pero también estrelló siete balones en los postes, y en ese sentido el empate final podría considerarse ajustado a lo visto en la cancha. Antes del partido se produjo una anécdota de esas que sirven para alimentar las supersticiones particulares de los equipos. Bera Bera ocupaba el banquillo de la derecha de la cancha, lo mismo que suele hacer en Bidebieta, y en el sorteo inicial a la capitana turca -la portera Imamoglu- le tocaba elegir y optaba por algo inusual. Lo normal en los equipos visitantes cuando ganan el sorteo es ceder el saque inicial al rival y quedarse en el mismo banquillo donde están instaladas desde el calentamiento, pero Imamoglu optó por ceder el saque y a la vez cambiar de banquillos antes de empezar, con el consiguiente trasiego de material de un lado a otro. Lo más curioso es que en el último partido jugado en Bidebieta, el sábado anterior ante el Cleba León, la veterana capitana leonesa Raquel Caño hizo lo mismo, quien sabe si con la intención de descentrar un poco al rival. El que suscribe no recordaba algo similar desde que sigue al Bera Bera en los últimos años, y algún murmullo sí que suscitó entre las donostiarras, aunque luego resolvieron fácil. Ayer, en los diez primeros minutos hubo varias acciones que invitaban a torcer el gesto y auguraban una mañana complicada. Además del citado pase de contraataque fallido y el balón que se «tragó» Temprano, Imamoglu le paraba un penalti a Ziarsolo en el minuto 5 -aunque la capitana recogía el rechace y marcaba-, y poco después dos errores en ataque de Alba Menéndez -un remate desde seis metros parado y un blocaje en una mala selección de tiro- propiciaban dos contraataques fulgurantes de la bielorrusa Kotsina, que apareció poco más, pero de la que se entrevió que puede ser una jugadora peligrosa. Pese a todo, Bera Bera movía bastante bien el balón en ataque, sin apenas errores, de la mano de Arrojeria y Ana Martínez -espectacular el partido de ambas ayer-, y Bera Bera conseguía una ventaja de dos goles, hasta que Hosgör sustituía a Vuckovic en el lateral izquierdo turco poco antes de cumplirse el cuarto de hora. La tiradora turca aprovechó la atención de la defensa sobre Laiuk en el otro lado para hacer valer su poder en el lanzamiento, propiciar un primer vuelco en el marcador (del 9-7 al 9-12, la mayor ventaja que hubo en el partido), lograr cuatro goles antes del descanso y empezar a cambiar el signo del partido, multiplicando el peligro para la defensa donostiarra. La extremo zurda Gülecyüz se revelaba como una buena rematadora del extremo, y con otros cuatro goles contribuía al empate a 15 en el descanso. En la reanudación el Muratpasa se puso enseguida por delante, con una ventaja de uno o dos goles que mantendría hasta el final. Hosgör seguía haciendo daño, y también emergía la figura de Konzjak, muy centrada en labores de dirección hasta entonces, pero que cuando Bera Bera trataba de apretar en defensa -lo intentó con un cambio al sistema 5:1- se convirtió en una eficaz desatascadora, tomando la responsabilidad anotadora (5 goles tras el descanso). Bera Bera seguía dando la cara y jugando bien, Temprano aportaba sus primeras paradas, y el equipo empujaba para forzar empates a 20, 21, 22, 23, 25, 27, 28, 29... Pero siempre por detrás en el marcador, sin poder sujetar a un rival que hacía gol con demasiada facilidad, y se protegía con las paradas de Imamoglu. Ziarsolo marcaba el empate a 30 con una sutil vaselina, a casi dos minutos del final, y el marcador ya no se movería más. En los últimos 75 segundos cada entrenador pidió un tiempo muerto, Laiuk perdió un balón, a Ana Martínez le pitaron una falta de ataque, y la última posesión quedó en manos del Muratpasa en un golpe franco con un segundo en el reloj. Un árbitro explicó a las turcas que no había tiempo para poner en juego el balón, solo para dejar correr el segundo y un tiro directo con el crono a cero, pero no lo debieron entender, porque pasaron a Hosgör, que se elevó desde 11 metros, lanzó y marcó... fuera de tiempo. La solución, en Turquía.