2015 MAR. 13 Sonic Trash regresa con «Látigo», un disco de rock and roll hiriente y perverso Tras la disolución de The Flint, David Hono conoce a Juanjo Arias, quienes junto con un amigo llamado Oskar Camarón forman Ya Te Digo en 1997, una de las bandas bilbainas más reputadas de la escena de aquellos años de cambios estilísticos y curiosidad por la ruptura. Sonic Trash es una continuación posible de YTD; pero la experiencia, las reflexiones y los nuevos componentes transportan a «Látigo» a otro mundo paralelo. Hoy se presenta en Kafe Antzokia de Bilbo. Pablo CABEZA BILBO Desde el barrio de Otxarkoaga Ya Te Digo trasciende en la escena local con fuerza a lo largo de más de una década. También consigue excelentes críticas en diferentes publicaciones estatales: la revista Rock De Lux, guía por aquellos años para estar a la última de las bandas alternativas peninsulares, les sitúa entre las bandas de cabecera del momento y en el Villa de Bilbao consiguen el premio a la Mejor Banda de Euskal Herria y una excelente clasificación en el apartado general, segundos. Tanto mérito tuvo sus recompensas, cuatro discos y un ep para la historia, en una discografía de valor, actuaciones de peso y el respeto general; pero la escena alternativa, salvo excepción, resulta cruel y en la mayoría de las ocasiones no devuelve lo que se da. «Siempre estuvo jodido. Pero al principio sí llegamos a pensar que se podría vivir de esto, pero siempre tuvimos los pies en la tierra», señala David Hono, voz y guitarra de acompañamiento. Tras cuatro álbumes y un ep YTD se despiden en 2011. Nace Venus in Furs con fecha de desconexión, pues solo se trataba de homenajear a la Velvet. Y en ese mismo año surge Sonic Trash y, poco después, 2012, su debut, «Hey chica». Tres años después, Sonic Trash regresa al disco con «Látigo», un denso y rockero álbum que supera el debut y les coloca entre las grandes bandas del rock estatal: rock and roll, garage crispado, cierto punto oscuro y crispado y energía directa a los dedos de la mano. Sonic Trash presenta hoy, a partir de las 00.00 horas, «Látigo» en Kafe Antzokia de Bilbo, zona de arriba. No cuesta mucho imaginar lo que tiene que ser escuchar canciones tan bestias y físicas como «Santo Tomás», «Reinas», «Zamudio boogie», la cabalgada a contraluz de «Bang», el tono rockanrolero de «El baile del cocodrilo», el peso del bajo de «Látigo» y su envoltura o la reptante «Agonía», de aspecto tétrico. «Al dejar Oskar la banda [hernias discales] perdió el sentido seguir con YTD. Este era un proyecto de tres colegas, todos piedras fundamentales. Se había perdido ilusión también, las vidas son azarosas y todo cambia. Teníamos ganas de otra cosa, de un cambio. Pero YTD está en barbecho, simplemente está en stand by. Tal vez algún día nos juntemos de nuevo. Con esto también quiero decir que Sonic Trash es un grupo aparte, otro proyecto con otras inquietudes y otro sonido», matiza David. A David le acompañan en esta nueva aventura su escudero Juanjo Arias, guitarra con mala leche y buenos recursos; Ekaitz Hernández al bajo. experimentado cuatro cuerdas con un curriculo que le lleva por Split 77, Gari y Unclose, y Mariana López Abendaño, una ingeniera acústica de Tecnalia que le pega con criterio y mala leche a la batería. Los miembros de Sonic Trash son habituales en los conciertos, acumulan inquietud interna y externa. Oídos multidireccionales que, no obstante, crecieron asociados a los sonidos de los noventa, y algo queda siempre de esa etapa tan emocional: «Si, es marca de la casa, lo que oyes en esos años donde despierta tu interés y te desvirgas sonoramente te acompañará siempre, esos discos que vuelves a ellos cuando no sabes que poner. Pero en Sonic Trash están muy licuadas esas referencias, y en YTD también en la última época. Vas cambiando con los años, y con ello también la música que haces y escuchas. Mariana también tiene otras referencias y Lander y Ekaitz igual, con lo que el resultado es otro», sitúa Hono. Respecto a la mayor coherencia de «Látigo» respecto a «Hey chico», a pesar de la variedad, Hono sitúa: «Si, creo que `Hey Chica' es más divagante, todavía se nota cierta influencia de YTD. `Látigo' está afianzado, más buscado en intención y sonido. También han pasado tres años y está Ekaitz al bajo. Hoy con la entrada va el disco, y todo por 10 euros.