Borja Valle Sarasketa
Jugadores del Atlético con la camiseta rojiblanca.
Jugadores del Atlético con la camiseta rojiblanca en 1911.
Autor desconocido

El origen de los colores rojiblancos del Atlético de Madrid

La reciente investigación realizada junto la peña oficial del Sunderland da una versión que difiere de la conocida como el origen de las camisetas rojiblancas por el Atlético de Madrid. Incluso, adelantando en dos meses la fecha donde los madrileños lucieron por primera vez dichas camisolas.

Está demostrado que si una falsedad se repite cientos de veces se convierte en realidad. Si miras a tu alrededor, desde los anunciantes hasta algunos de nuestros políticos se aprovechan de esa debilidad humana. Desgraciadamente la historia de antaño de nuestros clubs está repleta de errores plausibles que aceptamos sin comprobar si son ciertos, bien porque lo dijo en su día una institución en el tema o bien porque se ha oído a lo largo del tiempo en miles de ocasiones. De hecho, la gente está dispuesta a creer, incluso en contra de toda evidencia.

Hasta hoy, la historia oficial relataba que el 22 de enero de 1911 los madrileños lucieron por primera vez la camiseta rojiblanca. Según el ya fallecido historiador Bernardo Salazar, el joven bilbaíno Juan Elorduy disponía en casa de sus abuelos de 25 camisetas rojiblancas que le habían sobrado de las 50 que trajo en su supuesto viaje a Inglaterra realizado un año antes. Según el relato del historiador madrileño, sería después de la cena de homenaje del Athletic Club a sus colegas de Madrid tras su primera visita a Bilbao, el 1 de enero de 1911, cuando ofreció las mismas a Rodriguez Arzuaga, mecenas de la sucursal madrileña, para disfrute del equipo madrileño.

Con solo analizar visualmente las fotos de la época que existen de ambas equipaciones se evidencian grandes diferencias en ellas. Las camisetas del Athletic Club disponen de cuello blanco, su atadura se realiza con botones y hay dos tipos diferentes de franjas rojas y blancas. Unas con línea roja central y las otras con una línea blanca. Sin embargo, las camisetas de la sucursal madrileña son todas exactamente iguales, cuellos redondos rojos, las ataduras se realizan con cuerdas y la disposición de las franjas rojiblancas verticales en todas ellas son iguales. Sin ninguna duda, las camisolas no debieron ser traídas en el mismo encargo ya que existen demasiadas diferencias entre ambas.

Asimismo, la fecha indicada por el historiador madrileño donde lucieron por primera vez los colores rojiblancos tampoco es exacta, sino que fue dos meses antes, un 27 de noviembre de 1910. Aquel día, con un ambiente londinense según recogía la prensa, se enfrentaron «amistosamente» los primeros equipos del Madrid FC y el Athletic Club de Madrid. Los ‘equipiers’ de la sucursal bilbaína saltaron al terreno de juego de los primeros con un vistoso uniforme de líneas verticales de rojo y blanco. La alineación de aquel histórico partido fue Ibarguren; Castañeda, Allende; Arango, Cárdenas, Mandiola; Elorduy, Belaunde, Garnica, Palacios y Smith.

Demostrado el error existente en la versión de la historia oficial, entonces, ¿cómo fue en realidad el misterioso origen de las camisetas rojiblancas? ¿Quiénes fueron sus protagonistas?

Ramón Cardenas y Pastor (Madrid, 1884) era el cuarto presidente del Athletic Club madrileño, uno de sus fundadores y jugaba por aquel entonces como medio centro. Las noticias que le habían llegado desde Bilbao de que el equipo bilbaíno jugaba desde enero con unas camisetas rojiblancas le hicieron ponerse en contacto al principio de aquella temporada (1910-11) con su homólogo vizcaíno, Pedro Astigarraga y Amézaga (Bilbao, 1882). Se conocían mutuamente ya que el bilbaíno había jugado en la sucursal madrileña en su estancia estudiantil algunos años antes.

El presidente del Athletic le informó que el club no disponía de camisetas suficientes de las traídas a principio de enero desde Sunderland pero pronto le encontró la solución. Hacía unos meses, en mayo de 1910, Juan Arzuaga y Anitua (Bilbao, 1880), quien también había jugado con Cárdenas en el equipo madrileño en 1908, había inaugurado una tienda de deportes en la Villa. Importaba directamente de Inglaterra material deportivo y le sería sencillo conseguir las camisetas rojiblancas hechura Sunderland AFC. El adinerado y mecenas del equipo madrileño, Manuel Rodriguez Arzuaga, sería el encargado del pago del coste de su propio bolsillo como con otros desembolsos que tenía que hacer el club durante la temporada en curso.

Sería Juan Elorduy y Saracibar (Bilbao, 1888) quien se encargaría de transportar finalmente la remesa de Bilbao a Madrid aprovechando un viaje por asuntos personales. Juan, jugador del tercer equipo madrileño, había subido al primer equipo siendo uno de los responsables del gran juego de la sucursal madrileña esa temporada. Gracias a ello, participó junto a otros de sus compañeros en la conquista meses después de la Copa de 1911 disputada en Jolaseta donde haría al Athletic Club campeón nuevamente. En Madrid se hicieron famosos sus centros desde el córner que eran rematados por ‘Perico’ Mandiola y Villar (Cuba, 1887) o por Manuel Garnica y Serrano (Madrid, 1891). Desgraciadamente una grave lesión en la clavícula truncaría su carrera en la siguiente temporada.

Foto de la final de copa de 1911 en Jolaseta donde jugaron «equipiers» de Bilbao y Madrid.