Beñat Zaldua
Barcelona

El 15M cumple un año

Hace ahora un año, en vísperas de las elecciones municipales, varias manifestaciones recorrieron las calles de ciudades del Estado español, convocadas por la entonces desconocida plataforma Democracia Real Ya y bajo el lema “No somos mercancía en manos de banqueros y políticos”. Al acabar la manifestación, un grupo de jóvenes decidió acampar en la madrileña Puerta del Sol, algo por lo que serían desalojados noche sí y noche también, generando un efecto llamada tanto en Madrid como en Barcelona y algunas ciudades. Acababa de nacer el movimiento 15M.

Imagen de la Plaza del Sol de Madrid en el aniversario del 15M. (Pedro ARMESTRE/AFP)
Imagen de la Plaza del Sol de Madrid en el aniversario del 15M. (Pedro ARMESTRE/AFP)

Mientras Madrid centró los focos durante las primeras semanas, con multitudinarias asambleas cada atardecer, el movimiento catalán adquirió entidad propia el 27 de mayo, cuando la conselleria de Interior, encabezada por Felip Puig, orquestó junto al Ayuntamiento de Barcelona una “operación de limpieza” de Plaça Catalunya. Durante todo el día, los Mossos d'Esquadra cargaron contra todo el que osase acercarse a la céntrica plaza, dejando un saldo de 135 heridos y sin conseguir desalojar la plaza, que siguió en manos del 15M.

El movimiento viviría un segundo momento álgido el 15 de junio, día en el que el Parlament votaría los presupuestos con los mayores recortes de su historia reciente. Ante el intento de bloqueo de los indignados, los Mossos cargaron hasta seis veces, en el marco de un despliegue de película que se encargó de garantizar la aprobación de los recortes.

Los medios de comunicación y la opinión publicada, que hasta entonces habían jugado a ignorar y a domesticar el movimiento, se lanzaron en tromba a criminalizar a los activistas, ahogando de esta manera cualquier debate sobre unos presupuestos que se cargaron de un plumazo años de sanidad y educación públicas. Cuatro días más tarde, sin embargo, el 19 de junio, el 15M volvió a marcar músculo con una manifestación masiva en la que se reafirmó su posición contra los recortes.

Después del clímax de junio, el movimiento diversificó luchas y espacios, perdiendo notoriedad pública pero trabajando en asambleas de barrio y en plataformas como la de Afectados por la Hipoteca (PAH), que en el último año ha paralizado más de 200 desahucios. También se ha trabajado, entre otros, en los grupos de apoyo mutuo, en las campañas contra el cierre de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), en una auditoría sobre la deuda o en la divulgación de la banca ética.

Y así se llegó hasta el reciente aniversario del 15M, con la incógnita de si volvería a llenar las calles o se levantaría el acta de defunción del movimiento. El 12 de mayo acabaron las especulaciones al respecto con las masivas manifestaciones que, una vez más, tuvieron a Madrid y Barcelona como epicentro.

La ocupación de las plazas posterior a la manifestación, sin embargo, no fue tan masiva como la del año pasado, por lo que hubo quien no dudó en anunciar la muerte del movimiento. Desde el 15M señalan, sin embargo que no, que las condiciones actuales son todavía peores que las del año pasado, por lo que el caldo de cultivo para la mobilización social sigue intacto. Es cuestión de cómo gestionar dicho malestar y dotarse de herramientas para conseguir pasar, como señalaba el lema del 12 de mayo, “de la indignación a la acción”. Las protestas de las últimas semanas ante la sede central de La Caixa, censuradas por la mayoría de medios de comunicación del Principat, puede dar un indicio de hacia dónde se encaminan los pasos.

Honi buruzko guztia: 15M