
El islamista Mohamed Mursi ha jurado el cargo de presidente de Egipto ante el Tribunal Constitucional, convirtiéndose en el primer civil que accede a la jefatura de Estado, tras vencer en los comicios con un 51,7 % de los votos.
«Juro por Dios, que es grande, preservar con lealtad el sistema republicano, respetar la Constitución y la ley, tener en consideración los intereses del pueblo de manera total y preservar la independencia de la patria, su integridad y su territorio», ha dicho Mursi en un acto en la sede de la Corte, en el sur de El Cairo.
Mursi acudió ayer a la simbólica plaza Tahrir de El Cairo para su último gran discurso antes de tomar posesión del cargo y, ante miles de seguidores, alabó la «revolución» que se inició el año pasado y ha proclamado que «ninguna institución está por encima del pueblo».
El líder islamista prometió dignidad y justicia social a las decenas de miles de personas que habían acudido a Tahrir. También se ha comprometido trabajar por un «sistema republicano» y respetar la Constitución, según declaraciones recogidas por los medios locales.

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