La mayoría de las patrullas conjuntas o de las sesiones de formación solo se realizaran ahora a partir de un nivel determinado de efectivos, y la cooperación con unidades más reducidas deberá ser evaluada «caso por caso y aprobada por los manos regionales» de la Fuerza Internacional de la OTAN en Afganistán (ISAF), ha precisado esta en un comunicado.
Esta decisión supone un revés para la estrategia de las fuerzas ocupantes en Afganistán, donde forma a las fuerzas locales con objeto de que puedan asumir por si solas la seguridad del país después de la retirada de los soldados extranjeros a finales de 2014.
La multiplicación de los «ataques desde el interior» ha llevado a los mandos estadounidenses que dirigen la ISAF a reconocer, tras meses de reticencias, que dichos ataques amenazan seriamente los esfuerzos de guerra occidentales en el país.
La decisión llega después de un fin de semana trágico para la ISAF, que perdió a seis soldados (dos británicos y cuatro estadounidenses) a manos de policías y militares afganos.
En total, 51 miembros de la ISAF han muerto a manos de policías o soldados afganos en 2012.