Alvaro Hilario

Basterretxea convierte en homenaje a los mineros de Meatzaldea el fruto de su trabajo

El parque escultórico Meatzalde Goikoa de Zugaztieta cuenta con una nueva obra: «Lurraren alde», de Néstor Basterretxea. El trabajo, de seis metros de altura y realizado en acero corten, está compuesto de dos cuerpos centrales de donde emergen varias láminas de acero, imagen de la simbiosis entre naturaleza y el ser humano.

 Inauguración de una escultura de Nestor Basterretxea y homenaje en Meatzalde Parkea, La Arboleda. (Marisol RAMIREZ / ARGAZKI PRESS)
Inauguración de una escultura de Nestor Basterretxea y homenaje en Meatzalde Parkea, La Arboleda. (Marisol RAMIREZ / ARGAZKI PRESS)

p>Hacer el recorrido entre Bilbo y Zugaztieta (Trapagaran) es recorrer a la inversa el camino de los mineros durante la primera gran huelga general de nuestra historia en 1890. Escasos 12 kilómetros que unen la antigua ciudad de mercaderes y banqueros -sede hoy del poder político y financiero- con las minas de los Montes de Triano.

Camino que ayer desandamos para asistir a la instalación en el parque escultórico Meatzalde Goikoa de «Lurraren alde», pieza de seis metros realizada en acero con la que su autor, Néstor Basterretxea (Bermeo, 1924) ha querido homenajear a aquellos hombres y mujeres empleados en arrancar el mineral de hierro de las entrañas de la tierra a base de pico y barreno. Homenaje extensivo a la naturaleza que, en palabras de los responsables del parque, «tanta riqueza dio y hoy vuelve a entregar en forma de arte».

Son más de una veintena las esculturas instaladas en las minas a cielo abierto de Zugaztieta, todas cedidas de modo desinteresado por los artistas y que dan forma a un proyecto con cinco años de andadura e impulsado por la ilusión, ante la desidia de la mayoría de las instituciones.

Néstor Basterretxea, presente en el acto a pesar de su precario estado de salud, se mostró muy ilusionado tanto con el proyecto como con la para él perfecta ubicación que se le ha dado a su obra. Además, aprovechó la ocasión para arremeter contra los recortes que la cultura está sufriendo en estos tiempos: «Es muy grave querer reducir presupuestos en cultura. La cultura es lo que hablamos y lo que sabemos discutir, lo que perfila nuestro espíritu. La cultura es lo más noble que tenemos».

Espontaneidad

Cerca del mediodía y antes de lo anunciado, Basterretxea descendió de un vehículo, recibiendo el aplauso de las personas allí presentes (miembros del coro Meatzaldea de Larreineta, txistularis de Ortuella y dantzaris de Gallarta, principalmente).

El director del coro le dedicó, a pie de auto, un aurresku con su melódica. A continuación, y aunque arrastraba un ventilador mecánico, Basterretxea se acercó hasta la escultura con la satisfacción dibujada en el rostro. Sin tiempo para que llegarán los invitados, amigos, autoridades y escultores, sentado en una silla, el artista tomó el micrófono y habló de su trabajo «Lurraren alde», «una obra magnífica» y agradeció el esfuerzo de sus compañeros e impulsores de Meatzalde Goikoa.

Dignidad

Después, fueron el artista y crítico Xabier Sáenz de Gorbea, el alcalde de Trapagaran, Xabier Cuellar, y el impulsor del parque, Guillermo Olmo, glosaron la figura, obra y recorrido vital de Nestor Basterretxea, considrándolo todos ellos, como uno de los grandes escultores vascos.

«Gracias por tu ejemplo y por tu dignidad», le dijo Sáenz de Gorbea para finalizar su alocución.

En tono con el carácter informal que, desde un principio, adquirió el acto, Basterretxea volvió a tomar la palabra para agradecer los halagos y pedirlos para sus compañeros de arte: «Aquí hay un gran escultor que capitanea el siguiente turno de los que vienen -y hay otros más- que, por suerte, están también trabajando muy duramente. No ha terminado con nosotros el arte vasco. Es verdad que el grupo Gaur rompió con fuerza el abandono de los caminos experimentales, pero veo a la juventud muy preparada para utilizar esos caminos y quien está al lado mío (en refencia a José Ramón Anda) es una de esas cabezas».

Muy complacido se mostró también con la presencia de un nutrido grupo de bermeotarras, de los que alabó su vitalidad, y entre los que se encontraba el exalcalde Juan Karlos Goienetxea quien explicó cómo la actual alcaldesa, Idurre Bideguren, no pudo asistir por grave enfermedad de su amama.