«Como lehendakari, me gustaría saber si realmente en la Corporación Mondragón quieren afrontar esta situación como corporación, y lo digo porque pasa por que ellos mismos adopten las decisiones», ha afirmado Iñigo Urkullu en declaraciones a la Cadena Ser.

Urkullu ha explicado que el Gobierno de Lakua está manteniendo «reuniones casi diarias» con la dirección del Grupo Mondragón para exigirle la puesta en marcha de un nuevo plan que salve a Fagor después del anuncio el pasado día 16 de que entraba en preconcurso de acreedores ante la abultada deuda que acumula.

Preguntado si el Ejecutivo autonómico está dispuesto a condonar los alrededor de 50 millones de euros que prestó en los últimos años a MCC en concepto de ayudas y avales, Urkullu ha respondido tajante: «No. Estamos exigiendo un plan de viabilidad riguroso a Fagor», una exigencia que «estamos trabajando con el Grupo Mondragón».

Ha insistido en que al tratarse de una cooperativa que forma parte de un grupo, «tienen que ser las decisiones del grupo las que nos alumbren a las instituciones de las posibilidades reales que hay de afrontar esta situación».

Seguimiento estricto de los fondos

Por su parte, la consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia, ha asegurado que el Gobierno de Lakua efectuó un «seguimiento estricto» de los 40 millones de euros concedidos el pasado mes de enero a través del fondo Ekarpen a Fagor Electrodomésticos,

Ha defendido la decisión de conceder esa cantidad a la cooperativa y ha recordado que en Ekarpen no solo está representado el Ejecutivo autonómico, sino otras instituciones como las diputaciones.

Ha explicado que la concesión de los 40 millones se realizó tras analizar, por parte de un comité de riesgos, el plan de viabilidad presentado por Fagor Electrodomésticos. «Sabíamos que existían riesgos, pero quien en estos momentos diga que hace una inversión sin riesgos, que levante la mano, porque eso es algo que no existe», ha manifestado.

Tapia ha subrayado que tanto el Ejecutivo autonómico como desde el fondo Ekarpen realizaron un «seguimiento estricto», casi quincenal, de la aportación.