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DONOSTIA
Elkarrizketa
Pablo Iglesias Turrión
Profesor y presentador de «La Tuerka»

«No es tiempo de pensar en siglas, sino en la emergencia social por la que atravesamos»

Tras anunciar su disposición a encabezar una candidatura popular para las elecciones europeas, el profesor, escritor y presentador del programa ‘La Tuerka’, Pablo Iglesias, repasa en esta entrevista concedida a NAIZ las razones por las que ha tomado esta decisión y las claves de esa eventual candidatura.

El escritor, profesor y presentador, Pablo Iglesias. (@Pablo_Iglesias_)
El escritor, profesor y presentador, Pablo Iglesias. (@Pablo_Iglesias_)

¿Qué le ha impulsado a aceptar este reto?
La convicción de que las cosas no suceden solas, de que la acumulación de descontento con la situación actual y rechazo de las oligarquías que nos han traído hasta aquí es fundamental, pero por sí sola no se transforma en capacidad política.

Hay que fraguar herramientas que se ofrezcan para esa labor. Y a veces pequeños gestos, aunque sean arriesgados, pueden precipitar procesos de agregación más grandes. Esto solo tiene sentido si genera ilusión ciudadana y protagonismo popular.

¿Cuáles van a ser los ejes de esta candidatura?
En primer lugar, la recuperación de la democracia y la soberanía popular: nos gobierna gente que no se presenta a las elecciones y que, desde su comodidad, nos exige sacrificios que solo empeoran la situación y que llevan a muchísimas familias a la desesperación. Para frenar eso hay que poner el poder político y económico al servicio de las necesidades de las mayorías sociales. Eso implica cuestionar el régimen de 1978 y la Unión Europea actual, que funcionan hoy para las minorías.



En segundo lugar, la denuncia de la deuda ilegítima, que es un mecanismo para saquear a los pueblos del sur, hoy en un régimen semi-colonial. Y con ella la mal llamada austeridad y los recortes frente a los que toca defender los servicios públicos, los derechos laborales y sociales. Pero eso no parece tener cabida en la actual Unión Europea que está hecha a la medida de los especuladores. Por eso pienso que hay que cambiar Europa, en favor de la ciudadanía y de los pueblos.

¿En qué se va a diferenciar de un partido digamos «tradicional» de izquierda?
No somos un partido, ni una coalición de partidos, ni lo queremos ser. Si alguien hiciese esa lectura se estaría equivocando diametralmente y mirando el escenario con gafas viejas. Esta iniciativa quiere avanzar hacia una candidatura que no se decida en los despachos sino por la gente. No es tiempo de pensar en siglas sino en la emergencia social por la que atravesamos, levantar la mirada y atreverse a lanzar pases largos, si se me permite el símil futbolístico.

En estos años hemos aprendido mucho de las formas de participación política directa, de las luchas por la democracia verdadera, contra los desahucios o en defensa de la sanidad y la educación. Venimos de sitios y sensibilidades muy diferentes, en lo ideológico, en lo organizativo e incluso en lo vital y profesional. Pero lo más importante no es eso, sino el caudal de implicación popular que consigamos despertar.

Nos consta que esa energía ya existe: nosotros proponemos un método para que se exprese en las próximas elecciones europeas, para que la gente decente pueda decir a los poderosos las verdades que se dicen a diario en la calle.

Dice que el ciudadano va a ser protagonista de esta candidatura. ¿Cómo? ¿Qué cauces de participación va a tener?
Va a ser el protagonista porque yo solo daré el siguiente paso adelante si consigo un mínimo de 50.000 avales y me pondré tras cualquiera que reúna mayor voluntad ciudadana. Y si toca hacer una lista con otros, nosotros apostaremos por la participación de la gente. Y va a ser el protagonista también porque no lanzamos una fuerza política a la que invitamos a sumarse, sino que irrumpimos para abrir un espacio de acumulación de fuerza ciudadana y popular, de agregación de la gente común que está harta de los de arriba, de la oligarquía depredadora y la casta corrupta, y que quiere recuperar la democracia. No nos importa de donde vengan, sino la conciencia de que se tiene que acabar la resignación.

¿Qué espera encontrar en el Parlamento Europeo en caso de que consiga representación?
No mucho. Un organismo con competencias estrechas y tutelado en la práctica por organizaciones de escasa legitimidad democrática. Pero un organismo relevante, al fin y al cabo, como posibilidad de lo que otra Europa podría ser pero también como organismo de control democrático que necesita ser empoderado. Las decisiones que arruinan la vida a la gente no son fenómenos meteorológicos, los decide gente concreta en lugares concretos. Hay que estar en esos lugares desde la más absoluta fidelidad a nuestra gente, a la mayoría social que hoy sufre y está harta.