GARA KIEV

Moscú condiciona ahora su préstamo a Kiev a la formación del Gobierno

Solo unas horas después de que Vladimir Putin asegurara que no revisará el préstamo de 15.000 millones de dólares acordado en diciembre con Viktor Yanukovich, Rusia daba marcha atrás y anunciaba la congelación del crédito hasta la formación de un nuevo Gobierno en Ucrania y su renegociación. Angela Merkel garantizó a Yanukovich ayuda para buscar una «salida democrática» a la crisis y demandó a Putin la defensa de un «diálogo constructivo».

Mientras la mayoría gubernamental y la oposición negociaban anoche en el Parlamento la amnistía para los manifestantes encarcelados tratando de dar otro paso para poner fin a la crisis en Ucrania, los movimientos por parte de la Unión Europea (UE) y de Rusia se intensificaron. Mientras la canciller alemana, Angela Merkel, presionaba a Rusia con una llamaba a su presidente, Vladimir Putin, para defender un «diálogo constructivo», Moscú anunciaba que esperará a la formación de un nuevo Gobierno en Ucrania para renegociar los términos del préstamo de 15.000 dólares a Kiev. La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, apelaba también a un «verdadero diálogo» entre las autoridades y la oposición.

Tras la negativa del presidente ucraniano, Viktor Yanukovich, a firmar un Acuerdo de Asociación con la UE el 21 de noviembre, lo que provocó el inicio de las protestas opositoras, Rusia acudió en apoyo de Ucrania, que estaba al borde de la quiebra, al ofrecerle el 17 de diciembre una ayuda de 15.000 millones de dólares y la rebaja en una tercera parte del precio de gas que le suministra.

El fuerte pulso que mantenían oposición y Gobierno no impidió que el martes Putin, además de rechazar la injerencia europea, asegurara que no revisaría el citado acuerdo si la oposición accedía al poder. Pero unas horas después, y tras la dimisión del Gobierno ucraniano, Rusia rectificó y condicionó seguir adelante con la ayuda -de la que ya ha entregado 3.000 millones- a la formación de un nuevo Gobierno.

Así, con esta marcha atrás del Kremlin lo que parecía otra victoria de Putin al haber logrado disuadir a Yanukovich de que firmara un acuerdo con Bruselas quedó tocada tras la dimisión del Ejecutivo, y ese giro fue interpretado por algunos analistas como un signo de «cierta confusión» en Moscú en torno a la evolución de esta crisis.

«Eso es razonable»

La congelación del crédito fue acordada por Putin y su primer ministro, Dmitri Medvedev, ayer. «Aunque entendemos la necesidad de cumplir todos nuestros acuerdos, debemos hacerlo de forma razonable cuando entendamos quién estará en el Gobierno (de Ucrania), quién va a trabajar ahí y qué reglas van a aplicar», dijo Medvedev. A lo que Putin, quien reiteró que no se trata de una ayuda al Gobierno sino al pueblo ucraniano, replicó que «eso es razonable, pero les pido que no dejen de tener contactos con los colegas», según informó la agencia oficial RIA Novosti.

Por su parte, el viceprimer ministro, Igor Shuvalov, explicó que, en cuanto se conozca la formación del nuevo Ejecutivo de Kiev, se reanudarán inmediatamente las negociaciones.

La víspera ya había sugerido que el pago de los 12.000 millones aún pedientes podría ser reconsiderado según las «prioridades» que se marque en nuevo Gobierno, extremo con el que Putin se mostró de acuerdo ayer.

Medvedev también recordó la deuda gasística que Ucrania mantiene con Rusia y que asciende a 2.700 millones de dólares y señaló que Kiev ha pedido otra prórroga para pagar lo que corresponde a 2013.

Coincidiendo con la congelación del crédito de Rusia a Ucrania, Angela Merkel telefoneó a Putin y a Yanukovich, para pedirle al primero que colabore para promover un «diálogo constructivo» en Ucrania y al segundo que busque una «salida democrática» a la crisis.

Merkel le garantizó a Yanukovich la ayuda de la UE y de Alemania en ese camino.

«No debe volver la violencia, los derechos de los ciudadanos deben ser protegidos y se debe encontrar una salida democrática a la crisis. La UE y Alemania están preparados a prestar ayuda», dijo la canciller, según el comunicado oficial.

El llamamiento a un «verdadero diálogo» entre las partes enfrentadas fue realizado también por Catherine Ashton, de visita ayer en Kiev, donde volvió a subrayar la preocupación de Bruselas por la crisis ucraniana.

«Estamos muy preocupados por lo que está sucediendo. Procedan de donde procedan la violencia y las intimidaciones, deben ser paradas», demandó Ashton, quien no descartó que la UE pueda imponer sanciones a Kiev, porque, a su juicio, a pesar de la voluntad expresa de ambas partes de llegar a un arreglo, la responsabilidad final sobre lo sucedido recaerá en las autoridades que ejercen el poder.

En la reunión que Ashton mantuvo con Yanukovich, este le reiteró su compromiso con la búsqueda de una solución pacífica a la crisis y con el avance hacia la integración en la UE, según la Presidencia.

Los primeros ministros del Grupo de Visegrado -Eslovaquia, República Checa, Hungría y Polonia- celebraron ayer una cumbre extraordinaria sobre la situación de Ucrania. Al término de la misma, el polaco Donald Tusk aseguró que es preciso que la UE, los vecinos de Ucrania y las instituciones financieras, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), se impliquen en la normalización y «democratización» de Ucrania, para evitar «un guión dramático». Defendió que la única salida a la crisis pasa por «un acuerdo político que respete los derechos de las dos partes» al tiempo que señaló que «ningún país tiene derecho a decidir sobre la política interna» del país.

Calma en Kiev

Al margen de los movimientos diplomáticos, la calma reinaba ayer en el centro de Kiev, donde sólo unos cuantos activistas de la oposición, con cascos y armados con palos, «patrullaban» por la plaza de la Independencia (Euromaidan).

Pese a las temperaturas inferiores a 10 grados bajo cero, los manifestantes seguían movilizándose porque para algunos la verdadera victoria sería la renuncia de Yanukovich.

Fuera de la capital, las sedes de la Administración de casi la mitad de las regiones seguían ocupadas por los manifestantes, aunque la situación también parecía tranquila.

La Rada aprueba una amnistía, otra concesión a la oposición

La Rada Suprema (Parlamento) de Ucrania aprobó, tras una maratoniana sesión extraordinaria, una amnistía que dejará en libertad a todos los detenidos durante las multitudinarias protestas y disturbios de los últimos dos meses, salvo a los que hayan cometido delitos graves, y con la condición de que se evacúen los edificios públicos ocupados en los últimos días. Tras dos días de negociaciones, las condiciones recogidas en el documento fueron rechazadas por la oposición, que se abstuvo, según informó AFP, y el texto fue aprobado por 232 de los 416 diputados presentes. La oposición logró así una nueva concesión de las autoridades, después de que Viktor Yanukovich cediera el martes parte de su poder con la dimisión del Gobierno y la derogación de varias leyes represivas antiprotestas.

En el Parlamento, Leonid Kravchuk, primer presidente del país tras su independencia en 1991, advirtió de que la situación es «dramática» y de que Ucrania está «al borde de una guerra civil» e invitó a los diputados a adoptar «un plan de solución del conflicto», ya que ambas partes deben entender que no habrá vencedores. Hizo un llamamiento a superar las desconfianzas y ofreció que él y el también expresidente Leonid Kuchma, presente en la Cámara, pueden actuar como garantes del cumplimiento de los acuerdos. «Aquí no tienen voz ni EEUU ni Rusia, aquí habla Ucrania», sostuvo Kravchuk al expresar su rechazo a las injerencias extranjeras en los problemas del país.

«La oposición y el poder continúan el diálogo para salir de la crisis (...). El Gobierno, por su parte, está dispuesto a asegurar las condiciones necesarias para la estabilización nacional», declaró el viceprimer ministro y ahora también jefe de Gobierno interino, Serguii Arbuzov.

El Ejecutivo está encargado solamente de los asuntos corrientes desde la dimisión el martes del primer ministro Mykola Azarov y del resto de su gabinete tras dos meses de manifestaciones en Ucrania.

Para Taras Berezovets, un experto político preguntado por AFP, «la amenaza del recurso a la fuerza -por parte de las autoridades- sigue existiendo».

La solución, a su juicio, es «encontrar un candidato independiente» para el cargo del primer ministro, por el cual puedan votar a favor tanto los diputados cercanos al presidente Viktor Yanukovich como los de la oposición, citando el nombre del multimillonario Petro Perochenko. El exministro de Exteriores, que hizo fortuna con el chocolate, aparece como una figura de unión porque ha trabajado tanto con el poder actual como con la oposición. GARA