Alberto PRADILLA

Tres del PSOE entre enseñas tricolores

La concentración que reclamaba un referéndum sobre el modelo de Estado tras la abdicación de Juan Carlos de Borbón colapsó la Puerta del Sol. Miles de personas, muchas de ellas con banderas republicanas, exigieron «democracia» y clamaron por el fin de la monarquía. A última hora, la Policía cerró el paso a una marcha que trataba de acceder a la plaza de Oriente, donde se ubica el Palacio Real.

 

«La mayoría de las bases son republicanas». Con esta contundencia se expresaba Luis Grande, miembro del PSOE que enarbolaba una de las tres banderas con las siglas de la formación fundada por Pablo Iglesias. Las enseñas llevaban el logo antiguo, ese que ayudó a encumbrar a Felipe González. Sin embargo, en un mar de tricolores y después de escuchar por la mañana a Alfredo Pérez Rubalcaba cerrar filas con el proceso de sucesión diseñado en Zarzuela, parecían más tres náufragos que probablemente tuviesen buenas intenciones, pero que se encontraban fuera de sitio. «A ver si movilizáis a vuestra gente», escuchaban los tres de vez en cuando. Grande, sin embargo, insistía. «En el partido nos han pedido que salgamos a la calle. Y esto forma parte de un proceso democrático. Deberíamos votar. La mayoría de las bases son republicanas», afirmaba. Una posición que no parece que vayan a adoptar sus diputados. Algo que, según reconocía, ahondará en ese pozo sin fondo que es el desprestigo del partido. «No sé con qué cara vamos a votar en el congreso (el cónclave previsto para julio) si avalamos la monarquía», lamentaba.

Anécdotas al margen, la concentración terminó desbordando Sol. No habían dado las ocho de la tarde cuando, desde la plaza de Canalejas, ya se escuchaba el «España, mañana, será republicana». También eran insistentes las consignas reclamando un referéndum. Al principio, tres cuartos de entrada. Cuando había pasado media hora, no cabía un alfiler y la gente ocupaba también las calles adyacentes. Entre los asistentes podían identificarse bloques concretos a través de las siglas de las banderas. También personas de diversas edades: desde quienes votaron «sí» a la Constitución española y ahora desempolvan la tricolor hasta republicanos que nunca abdicaron, pasando por jóvenes a los que jamás les han preguntado y exigen tener voz y voto. Entre consignas antimonárquicas y de reivindicación de la democracia, se escuchaban muchas conversaciones sobre el proceso inmediato, dudas acerca de los tiempos y el calendario y una cierta satisfacción al ver que la correlación de fuerzas comienza a modificarse. También debates sobre qué hacer para romper el proceso.

«Un lavado de cara»

«Hay una crisis del proceso de la transición. Todavía no es tan profunda, pero la monarquía está bajo mínimos«, reflexionaba Jon, miembro del Ateneo Republicano de Vallecas. En su opinión, la «quiebra del bipartidismo», unida a un descrédito de la Jefatura de Estado hereditaria, han forzado a un intento de «lavado de cara». Y ahí, según añadía Félix Maroto, otro de los manifestantes, se encontrarán PP y PSOE. «Harán como cuando modificaron el artículo 135», indicaba, en referencia al cambio pactado entre Ferraz y Génova en 2011 que prioriza el pago de la deuda.

También la Policía hizo acto de presencia. De hecho, buscó las identificaciones. Es el caso de un grupo de jóvenes que portaba banderas castellanas y que fue rodeado por antidisturbios. A todos ellos les tomaron la filiación y les cachearon antes de permitirles pasar entre gritos de «¡vergüenza!». Pasadas las 21.30 horas, otro grupo también fue interceptado cuando trataba de llegar al Palacio Real. Teniendo en cuenta el calendario que viene por delante, no parece que esta sea la última marcha.