El primero en hablar ha sido el presidente de la Cámara de Representantes, Aníbal Pereyra, uno de los organizadores del evento, que ha reivindicado la importancia de que el acto se haya celebrado en el Parlamento, que durante la dictadura permaneció cerrado, y ha reclamado el «derecho de los pueblos a vivir en paz». Acto seguido ha comenzado el turno de los cuatro partidos, entre los que ha destacado el representante del Frente Amplio Ruben Martínez Huelmo, que ha lamentado que «mientras ETA reclama diálogo para el proceso de desarme, desde España y Francia no se da ninguna señal». Ha aprovechado su intervención para anunciar también que, como presidente del Parlamento del Mercosur, Martínez Huelmo trasladará la Declaración de Uruguay a la comisión internacional del ente interestatal.

Ha sido claro también el representante del Partido Nacional Pablo Iturralde, quien ha recordado la importancia «de la historia del País vasco para comprender el conflicto vasco» y ha reivindicado «el derecho a la autodeterminación del País Vasco». Por su parte, el representante del Partido Colorado, José Amorín Batlle, ha enfatizado «el vínculo entre la nación vasca y Uruguay» y ha insistido en que «el proceso requiere confianza entre las partes», algo que ha considerado que «está faltando». Antes, el representante del Partido Independiente, Daniel Radio, ha destacado «la importancia de Aiete», pese a elaborar posteriormente un discurso belicoso más propio de otra época.

Acabado el primer bloque, en la mesa de ponentes se han presentado la senadora Lucía Topolansky -compañera del presidente Pepe Mujica-, el coordinador de Lokarri, Paul Ríos, y el miembro del Grupo Internacional de Contacto Alberto Spektorowski.

Topolansky ha reivindicado que «vale la pena batirse por la paz en cualquier parte» y ha considerado que «el Gobierno español va a tener que visualizar que para lograr la paz, todos deben dejar alguna cosa por el camino». En este sentido, la senadora ha señalado que «si un grupo armado ofrece entregar las armas, hay que facilitar dicho proceso». Pese a reconocer que «no es sencillo», Topolansky se ha mostrado optimista y confiada en que «un día podamos celebrar aquí mismo la paz en el País Vasco».

Tras la intervención de Topolansky se ha leido un texto enviado por el expresidente Julio María Sanguinetti, que no ha podido acudir al acto. «Cada país debe buscar sus caminos y soluciones para los conflictos que llevaron a la violencia. No hay recetas unánimes, pero sí hay un espíritu de real pacificación y generosidad, sin el cual no se construye una paz duradera. Nuestro país es un buen testimonio. Nadie fue excluido, bajo el imperio de la ley», ha apuntado Sanguinetti en su escrito.

Finalmente, Ríos ha señalado que «el viaje hacia la paz lo tenemos que hacer los vascos, pero es muy importante para nosotros sentirnos acompañados». Pese a las dificultades, Ríos ha recordado que «en cinco años la situación es mucho mejor». Por su parte, Spektorowski ha repasado las diversas etapas del proceso desde la Declaración de Bruselas y ha subrayado la importancia de la participación del Gobierno español en el proceso de desarme iniciado por ETA.

Si bien los representantes políticos han sido los protagonistas de la jornada, el evento ha contado con el apoyo de diferentes personalidades de la sociedad y la cultura uruguaya. Entre el público se encontraba, por ejemplo, Norma Morroni, bien conocida en Euskal Herria por ser la madre de Fernando Morroni, muerto en los incidentes del Filtro.

Para concluir el acto, la presidenta de la Institución de Confraternidad Vasca Euskal Erria, Agurtzane Aguado, una de las principales organizadoras del encuentro, ha sido la encargada de dar lectura solemne a la Declaración del ‘Encuentro Uruguay por la paz en el País Vasco’, tras lo cual un dantzari ha bailado un aurresku y el Coro Voces de la Plaza ha interpretado ‘Beti penetan’ y ‘Agur Jaunak’, canción con la que buena parte del público, especialmente los miembros de la diáspora vasca presentes, se ha puesto en pie.