Nerea GOTI

Escocia, el botón de muestra de que el problema no es legal sino político

Dos reconocidos juristas, junto a un catalán afincado en Escocia que trabaja asesorando al SNP, dejaron sentado en una mesa redonda celebrada en Bilbo que el debate independentista ni siquiera se ha cerrado en Edimburgo. Quienes votaron no saben que «la pelota» está ahora en el tejado de los unionistas.

La decisión de organizar la charla se adoptó en julio, y como destacaron los organizadores, la Cátedra de Estudios Internacionales de la UPV y EHUGune (foro de diálogo entre la Universidad, la sociedad civil y las instituciones), no hubo duda de que cualquiera que fuera el resultado de la votación en Escocia el debate no perdería alcance. Lo explicó de forma gráfica Juanjo Álvarez, cate- drático en Derecho Internacional Privado de la UPV-EHU y ponente junto a Joxe Ramón Bengoetxea, director de EHUgune y catedrático de Filosofía del Derecho de la UPV-EHU, y Xavier Solano, asesor del Partido Nacional Escocés (SNP), cuando subrayó que el caso escocés ha encendido las alarmas en Europa. «En Bruselas todavía hay gente que se afloja el nudo de la corbata», comentó.

Según explicó, hay una evidente falta de regulación, pero esto no representa ningún problema para una Europa en la que hay múltiples ejemplos de ampliación a base de pragmatismo y flexibilidad. Por ello, se preguntó qué problema representa para Europa un nuevo Estado escocés que ya forma parte de la UE y cuyos ciudadanos son ciudadanos de la UE desde 1978. Entre distintos escenarios, dejó claro que desde 1957 hay una larga lista de precedentes de adhesiones.

Antes de hablar de Escocia y la UE, Joxer Ramón Bengoetxea se adentró en el proceso que dio lugar al referéndum, para destacar algunas peculiaridades del caso más allá del consenso alcanzado por Londres y Edimburgo para dar voz a los escoceses y respetarla. Apuntó, por ejemplo, la labor del entramado jurídico al servicio de la política, y no al revés, y el hecho de que «importa tanto la celebración como el resultado», porque el hecho de votar representa ya que «Escocia ha ejercido su soberanía es soberana para decir no a la creación de un Estado independiente».

«Aquí no ha acabado todo»

Ya había expresado el diputado de Presidencia de la Diputación vizcaina Unai Rementeria al inicio de la charla que con Escocia «ha salido del horno un tema que nos está quemando las manos», y Solano dejó sentado que en Escocia la llama del independentismo está más viva que nunca, porque «aquí no se ha acabado todo». Extrajo varias lecciones de lo vivido, como la constatación a partir de una participación del 84,6% de que «la independencia interesa y mucho», el acercamiento que se ha producido entre política y sociedad o la interiorización que la independencia es un medio, no un fin. «No se había visto nunca que un 97% del electorado se registre antes» dijo, y destacó que votantes del sí y el no se sienten plenamente escoceses, porque los que votaron lo segundo «creen que eso es lo mejor para Escocia».

Comentó también que mucha gente desconectada se ha vuelto a implicar en política y aportó un dato: el SNP ha pasado en cinco días de 25.000 a 32.000 afiliados.

Sobre el auge del independentismo, Solano destacó el esfuerzo realizado en trasladar un mensaje positivo con iniciativas como el Libro Blanco de la Escocia independiente, conscientes de que para pedir el voto a alguien hay que explicarle lo que va a venir y dar tiempo para que digiera esa información. «Cuantas más razones se ponen sobre la mesa, más independentistas que no vuelven atrás», apuntó. En respuesta al «¿y ahora qué?», el asesor del SNP dejó sentado que «la pelota está ahora en el tejado» de los unionistas, y si no cumplen las expectativas van a crear mucha frustración entre los votantes del no, dando lugar a nuevos pasos.