Con el respaldo de los dirigentes de los partidos socios de la coalición y de otros militantes, Adolfo Araiz ha subrayado en la presentación realizada en Iruñea que este es «un momento histórico» al que «ha costado mucho llegar» pero que deja a la vista la opción de un vuelco en el Gobierno navarro. Considera que  «lo tenemos muy cerca» porque «una mayoría» ciudadana quiere «un cambio plural y sin exclusiones».

Tras precisar que esta voluntad debe tener reflejo en las instituciones, el candidato a presidir el Gobierno de Nafarroa ha recordado que hace años era «impensable» el proyecto político que hoy es EH Bildu, llamada a participar «de forma determinante» en el futuro de la comunidad.

Un proyecto que quiere poner fin «al régimen» de los sucesivos gobiernos de UPN y PSN y «representar» a «todos los que han padecido las políticas antisociales y antidemocráticas, a todos los que se han sentido excluidos por unas élites que ahora se sienten en peligro», ha afirmado.

EH Bildu quiere que las personas «sean el centro» de la acción política y de cara a ello Araiz ha apostado por un modelo «de izquierdas, plural, social, euskaltzale, democrático y participativo», en el que ha asegurado «la ética y la transparencia en la gestión» y una actitud «implacable» frente a la corrupción.

Araiz ya fue parlamentario en los años 90, década que terminó en prisión por su pertenencia a la Mesa Nacional de Herri Batasuna, en la sentencia anulada por el Constitucional en verano de 1999. También ha sido encausado y ha quedado absuelto en el macrojuicio del caso de las «herrikos». Destaca su faceta de jurista, junto a la de político, que le da un alto conocimiento de la Administración navarra. En la última década ha trabajado en la Mancomunidad de Sakana, como gerente.