Ramon Sola
Donostia

¿Cómo va Lakua a defender su Plan de Paz si él mismo lo incumple?

En la página 58, ficha 8, Lakua se marca compromisos como «reivindicar el acercamiento» y «soluciones humanitarias para los presos enfermos». ¿Por qué no este sábado, en la mayor manifestación del año en Euskal Herria, junto a Joseba Azkarraga o Xabier Arzalluz?

Ayer, en Radio Euskadi, al portavoz de Lakua le preguntaron si su gobierno estará en la marcha del sábado. Josu Erkoreka respondió primero que «no ha acudido nunca a una manifestación de este tipo», una media verdad dado que ejecutivos del PNV sí han participado en movilizaciones políticas. Le siguió luego una digresión extraña: «Esperamos que se pueda celebrar sin los inconvenientes y los peros del año pasado». Acto seguido, una obviedad: «Tienen todo el derecho a manifestarse». Y al final respondió, pero con una incoherencia: «En la medida en que la demanda sea el acercamiento de presos y el distendimiento de la política penitenciaria, el Gobierno comparte muchos de los planteamientos». Efectivamente, ese es el objetivo, ningún otro. Pero Lakua no irá.

Los organizadores, preguntados ayer por esta posición, evitaron polémicas. Con acierto, porque la misión de Sare es labrar acuerdos y no insistir en desacuerdos. De hecho, da mucha pereza tener que escribir también este año sobre esta ausencia ante un acto en que la noticia deben ser las presencias. Así que Lakua no debiera ver enemigos, por supuesto no en Sare, pero tampoco en comentarios como este. Si acaso, debiera apercibirse de que él es su enemigo, porque básicamente lo que incumple dando la espalda a la marcha –por los derechos humanos, silenciosa, plural, impecable en fondo y forma para sus estándares– es su Plan de Paz.

En su página 58, ficha 8, Lakua se marca cinco compromisos. El segundo es «reivindicar el acercamiento de presos»; el tercero, «la normalización del acceso a los beneficios penitenciarios»; y el quinto, «soluciones humanitarias para los presos enfermos». ¿Por qué no hacerlo este sábado junto a decenas de miles de personas, en la mayor manifestación del año en Euskal Herria? ¿Por qué no detrás de su exconsejero Joseba Azkarraga o junto a Xabier Arzalluz, expresidente del PNV?

Como tampoco cabe ser más ingenuos de la cuenta, es vox populi que Iñigo Urkullu y Jonan Fernández están muy molestos con la fría acogida de la izquierda abertzale a un programa Hitzeman que no ofrece ninguna solución a corto plazo ni garantía de futuro. Pero aun así, ¿cómo pretenden dar fuerza a ese Plan de Paz si ni siquiera ellos lo cumplen? ¿Había mejor forma de darle credibilidad que ponerlo en práctica el sábado en Bilbo?