Gomavial Soluciones surgió en 2009 de la cabeza de tres ingenieros amantes de las motos. Concienciados de los riesgos de los guardarrailes, trataron de encontrar una solución para proteger a los motoristas en caso de accidente. Idearon una barrera protección de neumáticos, por su gran capacidad de amortiguación. Al separar las capas de las ruedas para los primeros prototipos, descubriendo las propiedades y los posibles usos de cada una de ellas. El impulso definitivo a la idea de negocio se lo dieron con el segundo puesto en el premio Manuel Laborde y el premio Toribio Echevarría. De este modo, en 2010 constituyeron la sociedad limitada. Cuentan con tres gamas de productos, una por cada recubrimiento del neumático: «geogoma, metalgoma y hormigoma». Actualmente, sólo fabrican productos con la última, que corresponde a la banda de rodadura. La empresa, con una plantilla de 8 trabajadores, tiene sede en el centro Joxe Mari Korta, en Donostia. Cuenta con una oficina comercial en Granada, y un centro de I+D y producción en Usurbil.

La base del proyecto es el sistema de deconstrucción que desarrollaron los tres socios fundadores. El mismo tiene la particularidad de separar las capas de goma, en vez de los materiales. En el caso de la banda de rodadura, tardan menos de un minuto en extraerla. A medio-largo plazo planean extraer también los otros dos recubrimientos, una vez definidos algunos productos para ambos. Esta tecnología está patentada a nivel mundial, por lo que no tienen competidores que hagan lo mismo, o al menos, del mismo modo. Su capacidad instalada es mucho mayor de lo que son capaces de comercializar, pudiendo gestionar cerca de 1.000 toneladas de neumáticos. El material reciclado aporta ventajas respecto del caucho virgen, ya que los fabricantes de ruedas utilizan el mejor caucho del mercado. Mateos resalta que «aprovechamos la combinación de caucho con el textil y hacemos productos con más altas prestaciones: mecánicas, más durabilidad y más resistencia. Con más valor añadido que si utilizas sólo caucho». Además, al mantener la huella del neumático, «se reconoce en nuestro producto, lo que tiene un impacto visual más positivo en cuanto a imagen de producto reciclado». La durabilidad del material también es otro punto positivo. El caucho empieza a degradarse y perder condiciones en 3 o 4 años. Sin embargo, en palabras de Mateos, los productos que crea Gomavial hacen que ese plazo se «duplique o triplique».

Pese a que su andadura es corta, Gomavial ya se ha transformado. Cuentan con un cuarto socio, Energisa y han redirigido la producción. Los primeros años se centraron en el sector ferroviario desarrollando productos como los amortiguadores de vibración. hasta que llegó la crisis al sector. Al disminuir la inversión pública en infraestructuras, el mercado de la empresa se redujo drásticamente. Por eso el año pasado se reinventaron, buscando nuevas aplicaciones para la banda de rodadura. Junto a los ferroviarios, fabrican, entre otros, productos para calzado, cierres de contenedores de residuos, cinturones o parabalas para galerías de tiro. El calzado es el sector que más internacionalizado tiene la empresa, con presencia en toda Europa, Australia, Canadá y Estados Unidos. Venden los complementos de contenedores a nivel estatal, aunque los están introduciendo también en Grecia e Italia. «Se están utilizando en la zona de Donostialdea y Barcelona. Son más resistentes y, por tanto, duran más. Es un sector muy atomizado y queremos demostrar que hay alternativas a los actuales», afirma Mateos. Por su parte los parabalas se están probando en Alemania, Grecia y Suiza.

El reto actual es profundizar en estos sectores, para lo que necesitan clientes. Mateos percibe barreras de entrada. Los compradores suelen reconocer la «valía y validez» del material, pero no saben utilizarlo. Eso les ha obligado a desarrollar nuevas formas de trabajarlo. «Estamos inmersos en una continua innovación para el cliente final perciba como hemos pasado de una rueda a una suela de calzado o a un protector de contenedores». A pesar de las dificultades, el balance de los primeros 5 años es positivo. «Es una experiencia muy bonita y satisfactoria. Da gusto poderte dedicar todos los días a intentar sacar adelante una empresa que ha nacido de tu cabeza, pero, a la vez, es enormemente complicado».