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El Ejército turco entra en suelo iraquí tras varios ataques del PKK

La entrada del Ejército turco en suelo iraquí y el aumento de los bombardeos aéreos sobre posiciones de la guerrilla kurda, como respuesta a las operaciones del PKK que han causado numerosas bajas entre las fuerzas de seguridad, han agravado el conflicto en Kurdistán. Ankara anuncia que continuará la ofensiva y deja ver un objetivo electoral.

La violencia se agrava cada día en Kurdistán tras la ruptura del alto el fuego del pasado julio y la ofensiva de Ankara contra la guerrilla kurda. El Ejército turco cruzó ayer la frontera con Irak tras sufrir un nuevo ataque por parte de la guerrilla del PKK. «Es una medida de corta duración par impedir la huida de los terroristas», declaró bajo anonimato una fuente gubernamental turca. Fuentes militares aseguraron que la incursión y los ataques aéreos habían provocado la muerte de «cientos de terroristas», aunque la guerrilla kurda no confirmó bajas.

La anterior incursión del Ejército turco en suelo iraquí, que fue frecuente durante los años 90, se remonta a 2011.

La operación siguió a varias acciones de las Fuerzas de Defensa del Pueblo (HPG), la guerrilla kurda, que, después de la operación en la que murieron 16 soldados en Daglica el pasado domingo, causó ayer la muerte de 14 policías que viajaban en un microbús en la provincia de Igdir. La guerrilla hizo detonar por control remoto una tonelada de explosivos en la carretera, en el mismo trayecto en el que hace dos semanas había atacado a otro vehículo de las fuerzas especiales.

Otros tres policías murieron en enfrentamientos con kurdos en Cizre, y uno más fue ametrallado en la carretera de Tunceli, en el centro de Anatolia.

Además, las fuerzas aéreas turcas bombardearon de madrugada numerosos objetivos del PKK en los montes Qandil, en Kurdistán sur (Irak), con 35 cazas F-16 y 18 F-4, lanzando al menos 130 bombas.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró que «estos últimos sucesos son resultado del pánico» de la guerrilla a la que aseguró haber causado miles de bajas. El primer ministro, Ahmet Davutoglu, había prometido la víspera continuar la ofensiva «hasta limpiar las montañas de terroristas».

Pero una declaración de Erdogan del pasado domingo dejó entrever la finalidad electoral de su giro belicista tras haber iniciado un proceso de conversaciones con el PKK que acabó estancándose.

En los comicios del 7 de junio, su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) perdió la mayoría absoluta que tenía en el Parlamento desde hace 12 años. El jefe del Estado espera que su partido la recupere en las nuevas elecciones de noviembre para instaurar un régimen presidencialista fuerte.

«Si un partido del Parlamento hubiera conseguido 400 diputados (de 550) para cambiar la Constitución, esto no habría ocurrido», declaró el domingo Erdogan, provocando las críticas no solo de grupos kurdos. También opositores turcos expresaron su enfado en las redes sociales, acusando a Erdogan de «sacrificar a los jóvenes» para llevar a cabo sus ambiciones presidenciales.

«Has transformado el país en un baño de sangre para tus 400 diputados (...) No tienes escrúpulos», escribió el líder de la oposición socialdemócrata, Kemal Kiliçdaroglu. «No cederemos a las políticas guerreras», dijo el líder prokurdo Selahattin Demirtas, que pidió a los pueblos turco y kurdo que «insistan en la paz y la fraternidad».

La operación del Ejército turco incluye el asedio a la ciudad de Cizre, donde los francotiradores durante cuatro días de toque de queda han causado varias víctimas entre los civiles. «Se mata a niños, a bebés. A una niña de doce años la mantienen en el frigorífico de su casa porque no pueden salir a enterrarla», denunció Demirtas.

 

Oleada de agresiones contra sedes del HDP

Más de 160 sedes del partido HDP, la formación de la izquierda prokurda, cuarta fuerza del Parlamento turco con 80 diputados, fueron atacadas en la noche del lunes al martes por ultras turcos. Una oficina del partido en la ciudad occidental de Çorlu fue asaltada por unos 4.000 agresores, que colgaron banderas turcas en el edificio. En Estambul, un joven de 21 años murió acuchillado en una parada de autobús, aparentemente a manos de ultranacionalistas que le escucharon conversar por teléfono en kurdo.

Igualmente, en Ankara y otras ciudades, fueron atacadas viviendas y comercios y grupos agredían a los transeúntes en barrios de mayoría kurda. En Konya, en el centro de Anatolia, unos 400 obreros de la construcción kurdos se vieron rodeados por una muchedumbre enfurecida. El HDP denunció que la Policía no intervino para impedir los ataques racistas.

Además, diversos barrios en ciudades del sureste vivieron enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y jóvenes kurdos.GARA