Nacido en Azpeitia, Juan Miguel Arregui llegó a Cuba en 2008 para sustituir a un sacerdote de Bilbo y, cuatro años después, fue nombrado Superior de los Jesuitas en la isla. El domingo se cumplió su deseo y el Papa Francisco hizo una parada en su recorrido por Cuba y bajó a saludar a los jesuitas y fieles de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús y San Ignacio de Loyola.

En su última homilía oficiada el lunes en la basílica de la Virgen de la Caridad del Cobre de Santiago de Cuba antes de despedirse de la isla, el sumo pontífice abogó por «tender puentes» y «romper muros». Ayer, puso rumbo a Estados Unidos. Mañana, intervendrá ante el Congreso y el viernes lo hará en la Asamblea General de la ONU.

¿Cómo valora la visita del primer papa jesuita a Cuba?

Lo de jesuita es una anécdota en este caso, ya que lo importante es que es el Papa y que viene a Cuba en un momento históricamente importante, dado que él ha mediado con toda esa apertura que ha habido en la recuperación de relaciones diplomáticas con Estados Unidos. Él está apoyando mucho esta normalización de Cuba en sus relaciones para que no se sienta bloqueada. El siguiente elemento en el que trabajará el Papa es en el fin del bloqueo, que es una cosa muy dura e injusta. En ese sentido creo que su viaje, no solo va a ser espiritual, sino que también tiene implicaciones sociales y políticas buenas para los ciudadanos.

¿Cree que la visita del Papa a Cuba y EEUU puede ser el comienzo del fin del bloqueo?

Va a ser un buen empujón para que termine el bloqueo porque cuando visite EEUU, va a ser un tema que va a salir, sin duda.

¿Qué le parece que haya tenido que ser el Papa el que haya logrado lo que no ha conseguido ningún político?

El hecho de que él sea latinoamericano ayuda mucho porque tiene un conocimiento y una empatía afectiva muy fuertes. Por otra parte, a la Iglesia le ha tocado en muchos lugares hacer muchas veces esta mediación en conflictos y situaciones difíciles. Se han juntado ambos aspectos y el deseo personal del Papa de colaborar y ayudar en esta mediación.

¿Puede que sea el Papa más importante para Cuba y el que logre un cambio sustancial de toda la situación?

Su visita ha sido significativa, porque hasta ahora nunca había visto que se hicieran preparativos tan intensamente por parte del mismo Estado y de la sociedad cubanos, que han percibido su visita como un momento importante.

¿La sociedad quiere agradecerle lo que ha hecho por Cuba?

Su mediación en las relaciones entre Cuba y EEUU ha abierto la esperanza de mucha gente porque el gran problema de la ciudadanía es el económico, por lo que el fin del bloqueo y la llegada de turistas norteamericanos suponen abrir una esperanza y una puerta para la normalización económica y salir de unos años que desde el periodo especial han sido muy duros para la gente, que ya está al borde de la angustia del día a día.

¿Cree que en la reunión con Raúl Castro, éste presionó al Papa para que convenza a Obama de que ponga fin al bloqueo?

El Papa no necesita ninguna presión de esas, ya que es muy consciente sin que se lo diga Raúl Castro y lo va a hacer voluntariamente. Mientras, con el líder cubano hablarían de sus temas internos como el papel de la Iglesia en Cuba, que en este momento podría ser mucho más grande, dado que la labor social y educativa que podemos desarrollar puede ser mucho mayor. Nos deben dar un poco más de libertad y creo que el Papa también va a empujar por ahí y le transmitiría a Castro que la Iglesia quiere participar y colaborar en la mejora de la sociedad en todas sus dimensiones.