Oihane LARRETXEA

Paciencia, sentido común y olfato

La resaca del consumo navideño da su último coletazo y nos trae las tradicionales rebajas de invierno. Los descuentos, que fueron en el primer día de hasta el 60%, dan comienzo a otro periodo de compras. Los comerciantes esparaban con ganas a la clientela, que poco a poco, abre la cartera con mayor alegría.

Las inmediaciones del mercado de San Martín, en Donostia, se fueron llenando de gente según se acercaban las diez de la mañana. Un dato: el 99% de las personas que aguardaban en la puerta del que es uno de los mayores Zara del mundo eran mujeres. Algunas de ellas habían quedado «como cada año» para «echar un vistazo» y comprarse algún capricho; otras iban a por algo muy concreto y las demás a descambiar algun regalo del día anterior. Por H o por B, lo cierto es aquello se llenó en cuestión de segundos y hubo, incluso, alguna carrerilla para entrar. Una vez dentro, cada cual a lo suyo, aunque el proceder era casi idéntico: localizar el producto y a probadores. No es un día apto para impacientes, porque a las largas colas de los vestuarios se le suman las de caja. De hecho, el gentío provocó cambio de planes en aquellas personas que querían mirar con tranquilidad. «Uff», exclamaba una mujer para sí misma al ver el percal. Media vuelta y a casa.

Según las estimaciones de la plataforma de comercio urbano SShops, que integra a las asociaciones de comerciantes de Donostia, esperan incrementar las ventas esta campaña de rebajas un 5% respecto al año pasado. Dejamos las grandes superficies, donde la estampa se repetía, para averiguar qué sensaciones tienen los pequeños comerciantes tras un otoño que ha sido más bien primaveral y que, aparentemente, podría haber afectado a las ventas, sobre todo de abrigos y botas.

Desde Don Pascual, una tienda de larga tradición y muy conocida en la ciudad, contaban que el otoño ha sido «más duro de lo habitual» en cuanto a las ventas, aunque ello no ha afectado en la bajada de precios. Las rebajas las han comenzado con los descuentos de siempre.

Sobre las perspectivas de la temporada, afirman que la gente se anima cada vez más a comprar, auspiciadas por campañas americanas como el llamado Black Friday, aunque creen que estas ofertas no son del todo beneficiosas porque después de ese día «las ventas caen».

En Domitila, por ejemplo, María y Marian explican que se resisten a seguir esa estela y que ellas inician las rebajas el 7 de enero, «como se ha hecho siempre» y porque «vivimos de esto». Las expectativas son buenas respecto al año pasado y, si bien las grandes cadenas no les hacen demasiado daño porque sus productos son más exclusivo, aseguran que «hay que pelear día a día».

Tampoco le hace daño a Elene una gran tienda de Inditex que han abierto frente a la tienda Mina, en la calle Getaria. Al contrario, su dependienta cree que «de rebote» puede venirle gente, pero nunca restarle porque son dos nichos muy diferentes. «Tenemos clientela muy fiel, mujeres de más de 30 años que buscan ropa de calidad a un precio más elevado», explica.

Por último, los casos opuestos de Arbelaitz y la zapatería Garibai. El primero, este clásico donostiarra ha vendido plumiferos como si el termómetro hubiese invitado a ello, mientras que Mari Jose tiene aún un gran stock de botas y género con goretex. Donde ambas coinciden es en señalar que el miedo de la clientela se va diluyendo poco a poco y, aunque con prudencia, gastamos algo más.