El informe de Acción Humanitaria para la Infancia hace balance de las acciones emprendidas en 2015 y de los retos pendientes para recordar que millones de personas seguirán sufriendo los efectos del hambre y las guerras. El director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake, ha subrayado que cerca de 250 millones de menores viven en países afectados por la violencia.

La agencia internacional necesita 2.834 millones de dólares (unos 2.620 millones de euros) para sufragar sus programas humanitarios durante los próximos meses, en los que espera prestar asistencia a 76 millones de personas en 63 países. Unicef quiere llegar a 43 millones de menores y, por ejemplo, prevé tratar a 2,9 millones contra la desnutrición aguda grave, facilitar el acceso a la educación de 8,2 millones y vacunar contra el sarampión a 11,7 millones.

Los llamamientos, sin embargo, no siempre quedan cubiertos por falta de fondos, algo que se hace particularmente palpable cuando se trata de crisis prolongadas. Unicef indica que en 2015 recibió 2.200 de los 3.300 millones de dólares requeridos, un 68% del total. A pesar de esta deficiencia, la organización ha querido destacar que la financiación humanitaria creció un 31% en un año tras pasar de 1.700 a 2.200 millones de dólares.

Lake ha alertado de que «las necesidades se van acumulando a otras necesidades», pero ha subrayado que sigue habiendo «oportunidades» para salvar vidas y garantizar el futuro de millones de menores en situación vulnerable, y ha pedido el «continuo apoyo y la generosidad» de los donantes.