Isidro ESNAOLA
DONOSTIA

Acuerdos de libre comercio avivan el lavado de dinero

Un estudio realizado por la Universidad de Groningen y el Instituto de Asser a instancias del Parlamento Europeo sobre el impacto de los tratados firmados por la Unión Europea en el lavado de dinero y la evasión fiscal concluye que la liberalización del comercio con los países en vías de desarrollo incrementa los flujos ilícitos de blanqueo.

Las negociaciones del TTIP han vuelto a poner de actualidad el efecto que tiene el libre comercio sobre la economía, las empresas y el desarrollo sostenible. El Parlamento Europeo encargó a la Universidad de Groningen y al Instituto de Asser analizar el impacto de los tratados firmados por la UE en el lavado de dinero y en la evasión fiscal. Los datos indican que la liberalización del comercio entre la UE y países en vías de desarrollo fomenta el blanqueo de capital.

Tres son las causas que mencionan los autores del informe: «la apertura comercial prevista por los Acuerdos de Libre Comercio (ALC), los ya crecientes flujos financieros ilícitos y el atractivo de la UE como destino para el lavado de dinero». Tras precisar que a pesar de que la evidencia estadística no resulta concluyente, los autores del informe manifiestan que los expertos consultados han corroborado esa relación entre libre comercio y blanqueo.

El documento explica que el incremento de los flujos ilícitos no puede ser atribuido a la liberalización de los servicios financieros que han sido, tradicionalmente, el modo de lavar dinero. En la actualidad ese trasvase de fondos se realiza principalmente a través del comercio, mediante la manipulación de los precios de los productos y servicios comprados y vendidos.

Estrategia de comercio

El estudio fue encargado por el Comité de Comercio Internacional del Parlamento Europeo, que desde que en 2009 se revisó el Tratado de Lisboa asumió un mayor protagonismo en temas comerciales. En aquel momento la UE también modificó su visión sobre los objetivos del comercio internacional. Si hasta entonces consideraba el desarrollo de lazos comerciales como un instrumento para el fomento de la economía, a partir de ese momento, el comercio pasó a ser considerado un medio para la promoción del estado de derecho, el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza.

Los ALC seleccionados para el estudio han sido los suscritos con Mexico, Sudáfrica, Serbia, Corea, Colombia y Perú. En general estos tratados abarcan una amplia gama de servicios financieros, incluyendo servicios bancarios y de seguros, y contienen algunas medidas cautelares con el fin de abordar algunas cuestiones de naturaleza política, como pueden ser las dificultades en los sistemas de pagos.

La mayoría contiene vagos compromisos para el combate del lavado de dinero y la evasión fiscal en forma de cláusulas de mejor esfuerzo, es decir, meras declaraciones de intenciones. Con la excepción del acuerdo con Perú y Colombia, cuanto más antiguo es el acuerdo menor es el nivel de sofisticación y menores las obligaciones.

Las disposiciones sobre cooperación en materia fiscal brillan por su ausencia. Todo los países se comprometen a observar las reglas y estándares internacionales aunque su aplicación y cumplimiento varía.

Estados débiles

El estudio constata que los flujos ilícitos tienen un profundo impacto en los países en vías de desarrollo, puesto que detraen recursos internos que podían destinar al desarrollo interno. Precisa, además, que la entrada de dinero ilegal, por otra parte, fortalece el crimen organizado.

El informe sitúa el problema clave en la debilidad estructural de estos estados «como consecuencia de la ausencia de un estado de derecho, la amplitud de la corrupción, el crimen organizado y la economía informal». Añade una debilidad funcional relacionada con «la insuficiente capacidad de los actores implicados en la lucha contra el lavado de dinero por falta de recursos, insuficiente conocimiento y experiencia, escasa cooperación, etc».

Aun siendo clave el escaso poder de estos estados, los autores consideran que los exiguos controles en el mundo desarrollado, especialmente en la UE, han agravado el problema.

Las soluciones que propone el documento no atajan el problema clave, que es la debilidad del estado de derecho en estos países. La primera de ellas es condicionar la extensión de los acuerdos de libre comercio a que los estados asociados respeten las normas internacionales y los estándares europeos en este área, cuestión que dadas las condiciones en las que se desenvuelven estos países queda en el ámbito de los buenos deseos.

Otras corresponden a la UE, como las evaluaciones de impacto sostenible de comercio con carácter previo a la firma, a fin de que las partes negociadoras puedan tomar en consideración las recomendaciones; o el combate contra la manipulación de precios, tanto entre compañías diferentes como entre compañías del mismo grupo, que permitiría cerrar una de las vías de lavado de dinero.

 

«Por la puerta de delante» o «por la puerta de atrás»

Tradicionalmente, el lavado de dinero se realizaba utilizando el sistema financiero –«por la puerta de delante»– en un proceso de tres fase: colocación del dinero en un banco; estratificación o ejecución de operaciones ficticias entre paraísos fiscales; e integración en el sistema mediante la compra de acciones, materias primas o productos de lujo. Cuanto más sucio es su origen, más operaciones ficticias se realizan.

Los expertos han constatado que cada vez más se utiliza la «puerta de atrás» para lavar el dinero ilícito, es decir, por medio de la manipulación de precios en el tráfico de mercancías o servicios. Dos son las principales formas de manipulación de precios: sobrevalorar las importaciones o infravalorar las exportaciones. En ambos casos, se puede, además, evitar el pago de impuestos.I.E.