Tras la presentación hace un mes del decreto foral de Salud Sexual y Reproductiva, el reto de los responsables de Salud del Gobierno navarro era llevarlo adelante. No en vano recoge una de las reivindicaciones sociales históricas en Nafarroa, que el derecho a abortar en la red pública sea una realidad, sino quetambién introduce importantes avances en salud sexual y reproductiva como garantizar el acceso a técnicas de reproducción asistida a mujeres lesbianas o sin pareja, algo que hasta ahora no ha sido posible en Nafarroa. Esta cuestión era una de las bases del acuerdo programático.

Una de las principales dificultades a las que se han tenido que enfrentar los impulsores del cambio han sido las reticencias de sectores profesionales acomodados en la situación anterior, la basada en la hipocresía de derivar a las mujeres a la red privada para que no abortasen en la pública.

Estas reticencias quedaron en evidencia el pasado mes de setiembre cuando el jefe de Ginecología del Complejo Hospitalario de Nafarroa (CHN), Ricardo Ezcurra, compareció en el Parlamento para señalar que la prestación del aborto en la red pública era «organizativamente compleja» y «generaría problemas». Ezcurra hizo extensivo este «análisis» al acceso a la reproducción asistida de lesbianas y mujeres sin pareja. En ambos casos, primaban sus posicionamientos ideológicos a su deber profesional. Asimismo, se permitía cuestionar las directrices marcadas por el Gobierno y el Parlamento navarro. Su figura era cuestionada desde hace tiempo por quienes defienden la normalización del aborto.

Ezcurra, por tanto, no podía continuar en su puesto. Su perfil ideológico le impedía ser el responsable de desarrollar la nueva política. Bakartxo Ruiz, portavoz de EH Bildu, lo manifestó claramente en la comparecencia parlamentaria de Ezcurra. Le recordó que su obligación era crear un clima adecuado para que la prestación del servicio y destacó que «las personas que ostentan la responsabilidad de llevar esto adelante tienen que creer en el cambio de modelo y nos preocupa que el cambio que se está planteando no cuenta con la adhesión de las personas que tienen que llevarlo adelante». La preocupación de Ruiz era compartida por las otras fuerzas que sostienen al Gobierno navarro.