EH Bildu quiere aproximar la presión fiscal de la CAV a la media de Unión Europea, «siendo uno de sus ejes la progresividad y asumiendo el compromiso de subir durante los próximos años al menos en tres puntos la presión fiscal». Además, aboga por aumentar la lucha contra el fraude fiscal y gravar los beneficios de las empresas, las rentas del capital y la riqueza.

Así lo recoge una proposición no de ley que será debatida este jueves en el Parlamento de Gasteiz. Un texto en el que la coalición da al Ejecutivo autonómico un plazo de seis meses para abordar una reforma fiscal «basada en la justicia social» que tenga por objeto «impulsar un desarrollo económico equilibrado de nuestro pueblo, garantizar un estado del bienestar sin recortes y superar el modelo actual que ha propiciado una brecha social».

La parlamentarias soberanistas Maddalen Iriarte y Leire Pinedo han anunciado el debate de esta iniciativa un día después de conocer el cierre de la recaudación de 2016, fijado por el Consejo Vasco de Finanzas Públicas, que erró en sus previsiones. Las haciendas de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa prevían recaudar 13.498 millones el curso pasado, pero finalmente ingresaron 12.950 millones de euros.

Llama la atención la caída en los ingresos derivados del Impuesto de Sociedades, que eran mayores antes de la entrada en vigor de la reforma fiscal de 2014, acordada por PNV, PSE y PP. La Diputación de Bizkaia, por ejemplo, recaudó 600 millones de euros gracias a este tributo el curso pasado, 196 millones de euros menos de los ingresados hace tres años.

Sin embargo, los diputados generales de los tres herrialdes no parecen tener prisa por afrontar una nueva reforma fiscal. «El PNV y el PSE esconden la cabeza, ven que la política fiscal hace aguas pero no hacen nada por cambiarla», ha censurado Iriarte, quien ha recordado que, en Gipuzkoa, de cada 100 euros que se recauda, solo seis proceden del Impuesto de Sociedades. Porcentaje similar al de Bizkaia, donde este impuesto supone el 7% de la recaudación total.