Dabid LAZKANOITURBURU

Trump amenaza a Corea del Norte mientras ningunea a Corea del Sur

EEUU ha reaccionado a la nueva prueba atómica norcoreana amenazando a Pyongyang con una respuesta militar «masiva», incluso «nuclear». En paralelo, el inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, sigue ninguneando a Corea del Sur, donde crecen las dudas sobre la fiabilidad de Washington como aliado y protector de su capital, Seúl.

EEUU advirtió a Corea del Norte con una «respuesta militar masiva», incluso nuclear, en caso de que amenace su territorio o el de sus aliados.

Washington recrudece así el tono tras la sexta prueba nuclear de Pyongyang, cuya potencia fue, según las fuentes, de entre 50 y 120 kilotones –en todo caso al menos cinco veces la de su anterior ensayo, en setiembre de 2016–, lo que forzó otra reunión de urgencia, ayer, del Consejo de Seguridad de la ONU.

Desde la Casa Blanca, el jefe del Pentágono, Jim Mattis, advirtió de que «toda amenaza que apunte a EEUU o sus territorios, incluida Guam (en el Pacífico) o a sus aliados tendrá una respuesta militar masiva».

El general Mattis, que compareció tras ser recibido por Trump junto al jefe del Estado mayor, el general Joe Dunford, añadió más cauto que EEUU no buscaría «el hundimiento total» de Corea del Norte.

Horas más tarde, la propia Casa Blanca aseguró que «el presidente Trump se reafirma en el compromiso de EEUU para defender nuestra patria, nuestros territorios y nuestros aliados, utilizando toda la gama de capacidades diplomáticas, convencionales y nucleares de las que disponemos». La Casa Blanca emitió la amenaza en un comunicado en el que informaba sobre una entrevista telefónica entre Trump y el primer ministro japonés, Shinzo Abe.

Acuerdo de Libre Comercio

Trump, que respondió con un lacónico «ya veremos» a preguntas de un periodista sobre una eventual respuesta militar, aprovechó, sin embargo, para cargar contra su homólogo surcoreano, Moon Jae-in, quien venció en las elecciones de mayo con la defensa del diálogo con el régimen de Kim Jong-un. «Corea del Sur se habrá dado cuenta, como le había advertido yo, que su discurso de apaciguamiento con Corea del Norte no funcionará; ellos solo entienden una cosa», le espetó Trump, quien ni siquiera se dignó a hablar por teléfono con su homólogo surcoreano.

Más aún, el sábado, horas antes de la prueba nuclear, Trump retomó sus críticas a Seúl y amenazó con retirar a EEUU del tratado de libre comercio con Corea del Sur (Korus), pilar de la relación entre ambos países en los últimos setenta años.

El entonces magnate ya acusó durante su campaña electoral a Seúl de no pagar suficientemente por la protección militar (EEUU tiene desplegados 28.500 soldados) y tildó de «horrible» el acuerdo de libre comercio negociado por su antecesor, Barack Obama.

San Francisco por Seúl

Los expertos advierten de que la temeridad de Trump al ningunear a Corea del Sur podría ser fatal para la estrategia de EEUU respecto a Corea del Norte y reforzar a Pyongyang.

Y es que las críticas de Trump al presidente surcoreano, a quien considera la encarnación actual de Chamberlain –el artífice de la política de apaciguamiento británica respecto a Hitler en los años 30, podrían abonar los interrogantes sobre la voluntad real de EEUU de «arriesgar San Francisco para defender Seúl».

Por de pronto, el diario surcoreano “Donga Ilbo” apostaba en su editorial por lograr el arsenal nuclear sin depender del paraguas y la disuasión de EEUU.

El mismo diario asegura que Seúl debería permitir que EEUU vuelva a desplegar las armas nucleares que retiró en 1991 de Corea del Sur en aras de la desnuclearización de la península.

 

Mensaje en una carcasa (nuclear) para Pekín

El test nuclear norcoreano, percibido como un desafío a EEUU, puede a su vez interpretarse como una manera de presionar a China para que intente convencer a Washington de que abra el diálogo con Pyongyang.

Haciéndolo coincidir con la cumbre de los BRICS (ver página 21), Kim Jong un ha robado el protagonismo al presidente chino y su aliado, Xi Jinping.

Señal del malestar de Pekín ante esta afrenta, el ensayo nuclear no fue apenas mencionado por la prensa oficial china.

«El mensaje de Pyongyang es: No se juega conmigo», analiza David Kelly, del gabinete de investigación China Policy, de Pekín. China ha suspendido desde enero sus compras de carbón a Corea del Norte y aprobó en agosto el sétimo paquete de sanciones contra Pyongyang.

Pekín se halla en una posición incómoda, entre la espada de EEUU, que amenaza con suspender las relaciones comerciales con los países que hacen negocios con Corea del Norte, y la pared de Pyongyang, que con su huida hacia adelante pretende convencer que las sanciones no sirven de nada. El problema es que Kim se arriesga a provocar la ira de Xi a las puertas del congreso quinquenal del PCCh y forzado a reaccionar y no seguir contra la pared para no poner en cuestión su imagen de hombre fuerte.D.LAZKANOITURBURU.