La normativa municipal que regula el uso turístico de pisos en la capital donostiarra ha salido adelante en términos prácticamente idénticos a los propuestos por el gobierno, ya que la mayoría de la que gozan PNV y PSE ha rechazado las 19 enmiendas que había registrado Irabazi, las 16 del PP y 12 de las 13 de EH Bildu.

La única modificación admitida, que ha obtenido el respaldo unánime de los grupos, ha sido una de la coalición abertzale ya consensuada previamente y que establece, para el alquiler de habitaciones a turistas en viviendas habituales, que deberá tenerse en cuenta el número de personas que residen en ellas.

Para justificar el rechazo a las enmiendas planteadas por los grupos de la oposición, el alcalde Eneko Goia ha manifestado que esta «son tan diferentes» e «incompatibles entre sí» que su aceptación no haría sino acarrear, en algunos casos, la devolución de toda la ordenanza y, en otros, ponerla «en entredicho» o no responder a las necesidades de «la realidad actual». Concretamente, PNV y PSE han echado atrás las 19 enmiendas que había registrado Irabazi, las 16 del PP y 12 de las 13 de EH Bildu.

En palabras del concejal de Urbanismo, Enrique Ramos, ha afirmado que la ordenanza aprobada inicialmente «no pretende ser una solución definitiva ni una panacea», y ha agregado que probablemente tendrá que ser «retocada» cuando «se vea su evolución» en el tiempo.

Rechazo de los grupos

El edil de EH Bildu Ricardo Burutarán ha criticado que la ordenanza «crea artificialmente una división de la ciudad» en tres zonas, pero «sin ningún criterio» sobre cómo se establecen las mismas; «deja fuera de la saturada al ensanche oriental» y no aborda «el aumento del precio y desaparición del mercado de alquiler» residencial, ni «las afecciones o molestias» en las comunidades de vecinos para «una coexistencia pacífica de usos».

La portavoz del PP, Miren Albistur, se ha quejado de que el equipo de gobierno no haya generado debate con la oposición sino «trabajado solito» en la elaboración de la ordenanza y de que ésta «genera inseguridad jurídica tanto a propietarios como a vecinos».

Para el concejal de Irabazi Loïc Alejandro la normativa define una zona saturada «demasiado pequeña», implica «una flexibilización» en el resto de la ciudad para la proliferación de pisos turísticos y «mata la economía colaborativa».

A través de una nota de prensa, también ha reaccionado Aparture. Ha advertido al Ayuntamiento de que «tal y como está redactado hoy el Plan General» de la ciudad, «no puede limitar la actividad» de los pisos turísticos. La asociación ha defendido que «las viviendas de uso turístico registradas tienen doble cobertura» y, en primer lugar, «el Plan General de San Sebastián las clasifica como viviendas y el uso de las mismas como uso de vivienda expresamente excluido del uso hotelero» y, en segundo, «las viviendas de uso turístico registradas cumplen con la Ley de turismo».