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PARÍS

El proyecto de Macron para controlar más a los parados levanta polémica

Mientras el presidente francés pasa sus vacaciones en una estación de esquí, el borrador de su proyecto para endurecer el control de las personas desempleadas ha salido a la luz a través de una filtración periodística. Macron recuerda que es una de sus promesas electorales.

El proyecto del Gobierno francés para endurecer el control de las personas en paro y las sanciones para quienes no busquen activamente empleo ha generado polémica y ha recibido críticas tanto desde la oposición política como desde los sindicatos. El semanario “Le Canard Enchaîné” reveló el miércoles una nota interna del Ministerio de Trabajo que prevé suprimir la subvención de desempleo a los parados que rechacen ofertas de contratos, así como obligar a cada uno de ellos a elaborar un informe mensual sobre sus actividades de búsqueda de trabajo.

En concreto, la circular ministerial, que está en curso de ser estudiada, prevé que se disminuya un 50% el subsidio durante dos meses a quienes no acepten dos ofertas «razonables» de trabajo. Si reincide, la nota prevé la supresión total del subsidio durante otros dos meses.

Esas medidas suponen un endurecimiento de las sanciones, que hasta ahora preveían una reducción inicial del subsidio del 20%, llegando al 50% en caso de reincidencia. Además, introduce un control más estricto de cada persona registrada en las oficinas de empleo, tal y como venía reclamando la principal patronal francesa, Medef.

La oposición de izquierdas acusa al Gobierno de pretender «sacar a muchos parados del mercado laboral» y «nivelar a la baja» a los desempleados, obligándoles a aceptar cualquier proposición, tal como señaló el portavoz de La Francia Insumisa, Alexis Corbière.

El secretario general del sindicato Fuerza Obrera, Jean-Claude Mailly, considera «normal» que se controlen eventuales derivas en el pago del subsidio del paro, pero calificó de «intolerables» las sanciones avanzadas.

Por su parte, el portavoz del ultraderechista Frente Nacional, Jordan Bardella, lo rechazó al señalar que introduce la «sospecha generalizada» en «las víctimas del paro masivo».

Ante la amplitud que alcanzó la polémica, Emmanuel Macron interrumpió momentáneamente las vacaciones que pasa en una estación de esquí pirenaica para defender su proyecto. «Lo anuncié en la campaña electoral (...) No hay nada sorprendente, lo hacen ya todos los países que nos rodean», subrayó en declaraciones a la televisión LCI.

El presidente francés aprovechó la ocasión para recordar su intención de invertir 15.000 millones de euros en la formación de personas desempleadas como principal medida para fomentar su retorno al mercado laboral y aseguró que eso implica que haya «mucho rigor» en el pago de los subsidios.