Pablo CABEZA
BILBO
Elkarrizketa
UNAI, ION Y PABLO
COMPONENTES DE VOLTAIA

Voltaia: «Hemos querido reinventarnos, no buscar un disco igual al anterior»

Con cuatro años de vida, Voltaia llevan un buen ritmo de actuaciones y de discos. «Erortzen» es el tercer cedé del trío de Zumaia, integrado por Ion Brakamonte, guitarra, Pablo Sánchez, batería y Unai Eizagirre, bajo y voz. Su nuevo álbum mantiene la base de su existencia, el stoner rock, pero es un trabajo más abierto, pero sin perder de vista cuatro letras fundamentales: rock.

Voltaia es actualidad con su tercer disco, “Erortzen”, donde la banda combina pasado y nuevas intenciones. Un juego sonoro lógico en músicos inquietos. No obstante, no hay despedidas sonoras, solo reajustes inquietos y mayores ángulos, siempre con el rock como base.

En este nuevo viaje, el trío cambia de batería, entra Pablo Sánchez que sustituye a Jon Duran, que por circunstancias personales no podía continuar. «A Pablo le conocían por ser parte de Mikshake, banda con la que Voltaia había coincidido en varias ocasiones. Además, Jon y Unai formaban parte de una banda llamada Itaka con la que compartimos varios bolos», apunta Unai Eizagirre.

«Aunque yo llevaba un tiempo apartado de la música, creo que me adapté enseguida», comenta Sánchez.

Se mantienen dentro de una propuesta que sigue conteniendo abundantes elementos del stoner y del rock de los setenta, quizá por eso hilan muy bien en festivales y conciertos con gente como Bronco, Trini Fox o incluso con el rock tenso de Kaskezur.

Unai Eizagirre: Mola estar con gente del mismo rollo o estilo de música. Pero en esta trayectoria hemos tocado con gente, estilo y bandas muy diferentes. Nunca hemos tenido ningún problema y creemos que esto es enriquecedor puesto que te abres más a otros ámbitos musicales e incluso aprendes distintas formas de hacer las cosas.

El anterior disco se abría con una de sus canciones más populares y conseguidas, «Uholdea», el riff de guitarra marcaba mucho aunque solo fueran unos segundos. Ahora le toca esa responsabilidad a «Erortzen», que a la vez supone una primera impresión de cambio o asentamiento de sonidos. Da la impresión de que no les desdibuja, que son Voltaia, aunque el cambio hacia el estribillo y la melodía es novedad. ¿Hay que promediar entre innovarse y despersonalizarse?

Ion Brakamonte: Tanto la canción “Uholdea” como el disco “Medusa” de principio a  fin quizá eran más contundentes, con ritmos más rápidos y sonido más pesado.  En el nuevo álbum encontramos más dinámica, diferentes tipos de ritmo y el sonido es más limpio.

U.: En cuanto a los riff de guitarra es verdad que el de “Uholdea” marcaba mucho la melodía y creemos que a la gente le ha llegado. Como anécdota, ha habido algún caso en el que en directo a Ion se le ha roto la cuerda de la guitarra justo cuando venía el riff de “Uholdea” y la gente del público nos ha salvado con el tarareo (lo, loo, lololo, loloo, loo...) jejeje. “Erortzen” es la canción que abre el nuevo disco y aparte del riff de guitarra aquí marca mucho la melodía de la voz, sobre todo el estribillo es muy pegadizo y después de esto justo viene el riff que sería ya como un arreglo al estribillo, para terminar con el ritmo del principio. Creemos que no hay que despersonalizarse del todo, la esencia de Voltaia sigue ahí. Pero con este disco hemos querido reinventarnos, no buscábamos un disco igual al anterior.

Grabar en Gaztain, Zestoa, acorta los viajes, los costes, y cada vez es un estudio más abierto a diferentes estilos, aunque Eñaut sea un músico pop. ¿Qué es lo que más les anima a repetir cuando el resultado no es precisamente una continuación de «Medusa»?

I.: La principal razón para grabar con Eñaut es la amistad que nos une y que, además, nos encanta su forma de trabajar. Pero la forma de abordar la grabación de los dos discos ha sido totalmente diferente.

U.: Con “Medusa” teníamos una idea bastante clara de cómo queríamos sonar y le dejamos poco margen de maniobra a Eñaut. En cambio, en “Erortzen” buscamos ampliar un poco el espectro sonoro y ya desde el principio fuimos mandándole demos para que fuese teniendo una idea de qué hacer con cada uno de los temas. La figura del productor está muy presente en este nuevo disco y creemos que ha enriquecido mucho el sonido de Voltaia.

El stoner, el rock con raíces forjadas es los setenta, aunque se vean bajo el prisma de formaciones surgidas bajo el sol de Palm Desert, finales de los ochenta, y posterior desarrollo mundial, ¿creen que limita como músicos y creadores?

Pablo S&bs;ánchez: Creemos que en este nuevo disco hemos sobrepasado la etiqueta del stoner. El sonido sigue estando ahí, pero también hay pinceladas de otros estilos como pueden ser el rock más clásico, el grunge, etc… Esto demuestra que no nos limita a la hora de crear.

U.: Incluso algunas bandas pioneras del sonido stoner han ido cambiando y enriqueciendo su propuesta disco a disco, lo cual es señal de que siempre hay espacio para desarrollarse, como en cualquier otro estilo.

Respecto al debut en 2014 con «Voltaia», parece que se ha bajado el ritmo, no es ni bueno ni malo, lo principal es la composición y cómo se estructura todo el proceso.  «Voltaia», «Erregerik ez», «Uda berri», «Motor dun», hasta con cierto aire punk, eran muy rápidas. ¿Impetu de juventud?

P.: Quizá yo no puedo hablar mucho de la composición de los primeros discos, pero como el miembro mayor del grupo, apunto que a lo mejor es que ya vamos notando la edad… jajaja.

U.: No sé si ha sido conscientemente, pero sí que es verdad que con el paso del tiempo hemos bajado un pelín la intensidad, aunque, por contra, creo que hemos ganado en otros aspectos. También influye el hecho de que ahora somos tres cabezas pensantes a la hora de componer, cada una con sus gustos e ideas.

Siguiendo con las velocidades, «Graminea» es rápida, pero no tiene mucho que ver con la aceleración del primer álbum, el concepto difiere. Por cierto, una de las mejores canciones del disco. Ocurre algo parecido con «Ito», otro tema destacable que persiste en apoyos vocales.

I.: “Graminea” e “Ito” sí que tienen velocidad, en la primera con el intro; el cambio de ritmo siguiente es verdad que le da otro rollo. La segunda destaca la sonoridad vocal sobre todo. Pero en el disco, creo que hay otros temas que son bastante más distintos a lo que hemos hecho hasta ahora, por ejemplo “Bizi gogoak”, “Dekadentzi ritmiko”, junto con “Ametsgaiztoa”. Nos gusta probar cosas diferentes y ver qué ocurre…, aunque enseguida nos solemos dar cuenta si una canción nos gusta o la descartamos.

U.: En ese aspecto no nos importa jugar y ver qué somos capaces de hacer. Se podría decir que hemos perdido un poco el miedo o la vergüenza a probar cosas nuevas. En directo siempre tratamos de sonar enérgicos y elegimos los temas que pueden aportar más “frescura” al set list. Pero también incorporamos temas más lentos o tranquilos, siempre dentro de lo coherente.

¿Va creciendo la actividad musical en Zumaia?

U.: Es esperanzador, hay muchas bandas nuevas y gente joven con ganas de hacer cosas. Y veteranos que sigue dando caña, como The Grace of Dyonisus, por poner un ejemplo.

I.: Con el asunto de los bares no somos tan optimistas… Por desgracia el rock no está tan de moda. Tampoco arriesgan y tiran más a poner canciones de mover el trasero… jajaja. La gente, además, ya no se mueve tanto a gaztetxes, salas... Ya no se valora tanto la música en directo.