NAIZ
DONOSTIA

37.000 personas exigen pasos efectivos para solucionar la situación de los presos

La manifestación convocada por la iniciativa Orain Presoak ha reunido a alrededor de 37.000 personas en Donostia, según el recuento de GARA y NAIZ, para reclamar pasos efectivos en la cuestión de los presos, terminar con el sufrimiento y avanzar en la convivencia. El fin de la política de alejamiento, la excarcelación de los presos gravemente enfermos, la progresión de grado y el doble cómputo de penas son las prioridades que se han marcado.

Panorámica de la manifestación, con el paseo de la Concha abarrotado. (Jon URBE/FOKU)
Panorámica de la manifestación, con el paseo de la Concha abarrotado. (Jon URBE/FOKU)

Tras el acto por la paz y la convivencia que se ha desarrollado en el Palacio Miramar, representantes del ámbito social y cultural –Ramon Agirre, Ines Osinaga, Xabi Solano, Eider Rodriguez, Alaia Martin, Miren Amuriza, Eñaut Elorrieta… –han descendido hasta el túnel del Antiguo con la lona gigante que ha encabezado la marcha, que se ha iniciado pasadas las 17.15 entre aplausos y gritos de «Euskal presoak etxera». «Presoak kalera, amnistia osoa» ha sido otra de las consignas que se ha coreado a lo largo del recorrido.

Según el recuento de GARA y NAIZ, en la movilización han participado unas 37.000 personas.

A la manifestación han asistido representantes de EH Bildu, EH Bai, PNV, Elkarrekin Podemos y la CUP, además de delegados de los sindicatos ELA, LAB, CCOO, UGT, ESK, Steilas, EHNE, Hiru y Etxalde, representantes de Bake Bidea y el Foro Social, entre otros.

En el transcurso de la movilización se ha alertado de la situación de las mujeres presas, y tampoco han faltado el recuerdo a los presos políticos catalanes.

En el acto final que se ha desarrollado en el Boulevard ha tomado la palabra en primer lugar el artesano de la paz Mixel Berhokoirigoin, quien ha recordado la manifestación que tuvo lugar hace un año en París. «Fuimos a París a decir que el camino que queda no puede ser unilateral», ha señalado, para destacar acto seguido que en la capital francesa comenzó un movimeinto «pero queda mucho que hacer. Tenemos claro el horizonte y ha llegado la hora de cambiar de velocidad. París y Madrid tienen que escuchar esto».

El artesano de la paz ha tenido palabras para todas las víctimas, que «merecen verdad, reconocimiento y reparación», y también ha exigido solucionar la situación de las y los presos. Finalmente, ha destacado que la pacificación requiere de «la fuerza cada uno, los gobiernos y de la implicación del pueblo».

Cambio de política penitenciaria urgente

Tras Berhokoirigoin han subido al estrado Arantza Aldezabal y Laura Gómez, quienes han resaltado la pluralidad de la movilización de hoy. Las representantes de la dinámica Orain Presoak han destacado que se ha abierto «un nuevo tiempo que nos abre las puertas para avanzar hacia una paz y convivencia real».

«Tenemos la oportunidad de construir una sociedad mejor. Para eso no nos queda otra que tejer redes, crear puentes» y trabajar «juntos para acabar con el sufrimiento».

En ese sentido, han incidido en el «tan necesario cambio de la política penitenciaria y han priorizado cuatro cuestiones: el fin del alejamiento «que tanto dolor sigue causando a los y las familiares», la excarcelación de los presos gravamente enfermos, la progresión de grado y el cómputo de penas, «semejante injusticia» a la que esperan que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ponga fin el próximo martes.

Han señalado que «no hemos hecho más que empezar el camino» y «tenemos mucho que hacer, pero lo más importante es que ya tenemos la fuerza, el convencimiento y la responsabilidad para llevar a cabo esos quehaceres. Así lo hemos demostrado en los últimos meses y también hoy».

«Estamos convencidas de que nadie quiere dejar en herencia a las generaciones futuras lo que nosotras hemos sufrido, por eso nos toca seguir trabajando, en conjunto, para construir esa sociedad que sabe convivir en paz, esa sociedad que tanto anhelamos. Hoy hemos demostrado que podemos hacerlo tejiendo desde lo que nos une. El cambio de política penitenciaria es urgente», han proclamado.