El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, un nostálgico de la dictadura militar, dio vía libre a las Fuerzas Armadas para conmemorar el golpe de Estado del 31 de marzo de 1964, que durante 21 años instauró un régimen dictatorial. Siguiendo estas instrucciones, el Comando Militar del Sudeste (Sao Paulo) leyó a sus tropas durante una ceremonia un texto que justifica el levantamiento castrense como parte de un combate global contra el comunismo.
«El 31 de marzo de 1964 se inserta en el ambiente de Guerra Fría que se reflejaba en el mundo y penetraba en nuestro país. Las familias en Brasil estaban alarmadas y se pusieron en marcha. Frente a un escenario de grandes convulsiones, fue interrumpida la escalada hacia el totalitarismo», afirma el mensaje leído ante las tropas, firmado por el ministro de Defensa, Fernando Azevedo e Silva, y la cúpula de las Fuerzas Armadas.
«Las Fuerzas Armadas, atendiendo al clamor de la amplia mayoría de la población y de la prensa brasileña, asumieron el papel de estabilización de aquel proceso», subraya.
El texto no utiliza en ningún momento las palabras «golpe» o «dictadura», ni menciona el cierre del Parlamento, la suspensión de derechos y libertades individuales impuesta por el régimen o la detención arbitraria y tortura de opositores, documentadas por la Comisión Nacional de la Verdad (CNV).